Félix Casanova
Historias de nuestra historia
La habilidad para resolver acertijos se consideraba en la antigüedad como garantía de sabiduría, y por este motivo eran tan frecuentes los torneos acertijísticos. Da buena cuenta la Historia cuando la reina de Saba emprende un largo viaje para tentar con acertijos a Salomón y comprobar su proverbial sabiduría; como el rey los resolvía todos, tuvo que confesar atónita que la sabiduría de éste era mucho mayor que la fama que hasta ella había llegado…
En los cuentos de acertijos de tradición popular, el premio al que los resuelve consiste en casarse con la princesa, e incluso a veces, obtener el cargo de ministro o consejero real. Los antiguos reyes de Egipto y Babilonia eran tan aficionados a los acertijos, que se los enviaban recíprocamente por medio de emisarios (imaginaos lo que tardarían..), de manera que aquel que no los acertaba tenía que pagar al otro un tributo determinado.
He aquí un acertijo enviado por un rey egipcio a un monarca babilónico: “Es un gran templo sostenido por una columna; esta columna tiene doce ciudades; cada ciudad, treinta arcos; cada arco tiene dos mujeres, una blanca y otra negra”. La solución ha llegado así hasta nosotros: el templo es el mundo; la columna el año; las doce ciudades son los doce meses; los treinta arcos, los días del mes, y las dos mujeres, el día y la noche…
Muchos “acertijos” (por llamarlos de alguna manera) han quedado archivados sin que conozcamos su solución: el misterio de la Atlántida, la presencia paralela de pirámides en Egipto y en Centroamérica, el enigma de la isla de Pascua, la inquietante losa funeraria del templo mexicano de Palenque, las extrañas señales “dibujadas” en la planicie de Nazca y solo visibles desde el cielo, el origen del mapa de Piri Reis o el ignorado destino del pueblo que construyo el templo de Tehotihuacan, entre otros…
Dando un enorme salto en el tiempo nos vamos a la conspiración militar contra la II República española. Tras una comida entre ambos bandos, los falangistas pedían insistentemente “café”, sin sospechar los republicanos que se trataba de una clave a modo de acertijo cuya interpretación era “ ¡Camaradas, arriba Falange Española¡ “, y que consecuentemente, a las cinco de la tarde (hora del café) de ese 17 de julio de 1936, no solo tomaron el café sino también la ciudad de Melilla, comenzando así la Guerra Civil española. De aquí salió la famosa canción: “Yo te daré te daré, niña hermosa te daré una cosa una cosa que yo sólo sé ¡café¡” (léase cantándola)
En la postguerra española también se tiraba de acertijos con cierta ironía:
- ¿Por qué España es una Grande y Libre?
- ¿Qué le dijo el Water a Franco?
También tenemos las “preguntas lógicas”:
- Si vd. llega a un bar y se sienta en una mesa, ¿que es lo primero que le dirá el camarero?
- ¿Por qué va usted a la cama a dormir?
No se quedan atrás las definiciones jocosas:
- Amor: Es el único deporte que no se suspende por falta de luz.
- Fe: Es el acto de creer en lo que no crees.
- Gafas: Las mujeres de los gafes.
- Como el del Pastelero:
Los tantanes:
- Era un cazador tan malo, tan malo, tan malo, que cuando iba a cazar, los conejos en lugar de huir le pedían autógrafos.
- Era un cura tan bajito, tan bajito, que en vez de usar sotana, llevaba minifalda.
- Era un hombre tan avaro, tan avaro, tan avaro, que prestaba atención con mucho interés. Que cuando su hijo le pidió dinero para ir al zoo a ver las serpientes, le dijo: te voy a prestar mi lupa, vas al jardín y miras las lombrices. Que cuando oía misa por la tele y pasaban la bandeja, la apagaba. Que no daba ni los buenos días. Que dormía de lado para no gastar las sábanas. Que cuando iba a la oficina se llevaba la dentadura postiza de su mujer para que no comiera entre horas. Que se encargó el ataúd al enterarse que iba a subir la madera, y que al morir, hizo el testamento a su favor.
- ¿Está vivo o muerto?
- ¿Es un pintor?
- ¿Vivió en España?
El juego continua a través de la serie interminable de preguntas y respuestas, hasta que se averigua el personaje o se rinden los participantes. (aahhh, que recuerdos me da esto)
Los Queledijos:
- ¿Que le dijo la bandeja al camarero?
- ¿Que le dijo un chino bromista a otro?
- ¿Que le dijo un joyero a un cabezón?
También nos quedan los cuentos de acertijos y muchos más chascarillos que, además de ser divertidos, enriquecen el uso del lenguaje. La imaginación popular siempre dio a lo largo de la Historia muchos ejemplos de cuentos, acertijos, trabalenguas, chistes y demás usos del lenguaje que han perdurado al paso del tiempo…
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Félix Casanova es autor del blog "Historias De Nuestra Historia"
Fuentes obtenidas del Acertijero Antológico Español
Jose Luis Garfér y Concha Fernandez
Imagen: Libros Alcana