La torre fue construida para doña María Sagués, viuda de un admirador de Gaudí. Hay que destacar que aunque el edificio está dominado por una torre, el nombre de Torre, viene porque representaba la segunda residencia, situada por aquel entonces en el campo. Con el paso de los años la zona se ha anexado a la ciudad condal, pero años atrás era toda una excursión viajar desde el centro de la ciudad hasta la zona donde nos ubicamos hoy.
Pese a la fecha de su construcción, se aparta de los estilos que Antoni Gaudí utilizaba en ese momento y retrocede hacia sus primeras obras realizadas por España.
La Torre Bellesguard fue el más patriótico de los proyectos del arquitecto en Catalunya, ya que la casa de la Sra. Sagués, fue construida en el emplazamiento de una casa de verano edificada en el Siglo XV por Martí l'Humà, el último de los Reyes de la Catalunya Medieval. Martí I, mandó construir aquí su residencia de verano, en lo alto de las colinas que rodeaban la ciudad, para poder disfrutar del bell esguard ("la buena vista"), sobre la ciudad, el puerto y el mar.
En la Torre intervienen varios estilos arquitectónicos. En el exterior recuerda a un estilo de la Edad Medieval, con su pórtico inicial.
En el jardín podemos contemplar varias obras muy significativas, como el doble banco medio curvado, y que representa un ojo, pero solo se puede percibir si lo vemos desde el tejado de la torre. La curiosidad de estos bancos es que si una persona se coloca al principio y otra al final del mismo banco, y entre ellos hablan con un tono normal, se podrán oir como si estuvieran uno enfrente del otro, gracias a la forma y al "embudo" que crea la propia arquitectura del propio banco.
La fachada y el exterior del edificio con sus torres, ventanas góticas, era una dedicatoria al Rey Martí. Mientras que las paredes, los techos y los arcos parecen otra época, estilo Casa Batlló.
También puede recordar en algunas partes de la obra en otras obras, por ejemplo, hallamos la cruz tridimensional de cuatro brazos como hizo en el Colegi de Santa Teresa, que también está en la entrada del Park Güell.
Gaudí dejó a la vista los ladrillos del desván y del sótano, y es aquí donde vemos como trabajaba el arquitecto modernista, la forma de los arcos, dan una clara visión de su idea de crear. En los espacios domésticos introdujo una técnica que ya había realizado en els Pabellons de la Finca Gúell o la Casa Milà. Antoni Gaudí, cubrió la mayoría de las paredes, columnas y arcos interiores con una suave capa de yeso blanco puro y suavizó todos los perfiles y esquinas.
Los azulejos y los frisos son diseño de Sugrañes, mientras que las vidrieras son del propio Gaudí.
Si subimos al tejado veremos una increible representación de la cara de un dragón, de hecho encontraremos tres representaciones, una en cada punta formando un trebol. La propia fachada forma la cara de este dragón, los ventanales, realizan la tarea de "ojos". Y por supuesto las vistas que se pueden contemplar desde este lugar es impresionante.
En resumen, si teneis la oportunidad de visitar esta maravilla arquitectónica no lo dudeis y aprovecharlo.