Otra de las obras del maestro Antoni Gaudí en la ciudad condal es la Torre Bellesguard, Bella Vista en castellano. Aunque también es conocida como la Casa Figueras, ya que fue ocupada durante décadas por esa familia. De hecho, fue la misma viuda de Jaume Figueras quien encargó la remodelación a Gaudí, ya que antiguamente la Torre Bellesguard era un castillo de la época del rey Martin I. A su muerte esté fue en decadencia. En su reconstrucción, Gaudí intentó mantener intacta la estructura del edificio, de ahí a que aún conserve las almenas y tenga forma de castillo.
El estilo de la Torre Bellesguard es neogótico, con los elementos típicos de la arquitectura del artista catalán. Por ejemplo, esto es perceptible en su buhardilla, muy similar a las que podemos visitar en la Casa Batlló o en el Colegio Teresiano de Barcelona. También se puede ver la utilización del hierro forjado y el mosaico pétreo, que es otra de sus técnicas utilizadas en el Parc Güell. En lo alto de la torre antiguamente había una cruz, aunque ésta fue retirada por miedo a que se cayera.
La Torre Bellesguard, que hoy en día es de propiedad privada, por lo que no se permiten visitas, se compone de sótano, planta baja, planta noble y desván o buhardilla. Entre sus características destacan los bancos de azulejo en el jardín; inscripciones religiosas, como ya hemos podido ver también en La Pedrera; un escudo de Cataluña, con el sol y la luna; y el dragón que se encuentra en el motor del pozo del jardín. Dentro de la casa también podemos ver el uso de la cerámica, como contraste a las paredes blancas. Los techos son abovedados y su interior son de lo más luminoso.
Este edificio fue remodelado entre 1900 y 1909 y, aunque no es posible acceder a él, si quieres ir a ver sus exteriores, éste se encuentra a los pies de la Sierra de Collserola, en Bellesguard 20. En sus alrededores está el viaducto que el arquitecto catalán construyó y que va desde el edificio hasta el cementerio de Sant Gervasi.