Jiménez Fortes, triunfador junto a Salvador Vega, en la “Corrida del Turista” de Torremolinos
Plaza de Toros de Torremolinos
Jueves 1 de Septiembre 2011. Corrida del “Día del Turista". Media Plaza
Seis toros de Osborne, bien presentados y de juego desigual.
Finito de Córdoba: pinchazo caído saliéndose, pinchazo hondo y tendido que hunde antirreglamentariamente un banderillero. (Silencio tras aviso). Dos pinchazos y descabello (Silencio).
Salvador vega: pinchazo hondo trasero y caído (oreja). Pinchazo hondo en buen sitio y descabello (oreja).
Saúl Jiménez Fortes (que sustituía al Fandi): estocada contraria (dos orejas). Pinchazo y estocada perpendicular y atravesada (dos orejas).
Antes del paseíllo se hizo una exhibición de Enganches. La banda de música no tuvo su mejor día. Hay que ensayar más para evitar destrozar tantos hermosos pasodobles taurinos.
Ayer se celebró la tradicional “Corrida del Turista” en Torremolinos, que por mor de la baja del Fandi, aquejado de una gastroenteritis, el cartel quedó finalmente formado por Finito de Córdoba, Salvador Vega y Jiménez Fortes, que sustituía al granadino, haciendo su presentación como reciente matador en esta plaza y en nuestra provincia.
Llevo tiempo viendo festejos en Torremolinos y, salvo alguna corrida de “mediáticos”, tanto el nivel de los carteles como el de la presentación del ganado va, sorprendentemente, en alza para una plaza de tercera, catalogada para turistas y en la que cuesta Dios y ayuda lograr una buena entrada. La empresa donde hay un gerente, que sobre todo es aficionado, ha apostado por dar este salto cualitativo. Para los aficionados es digno de agradecer, aunque me temo que los resultados económicos no acompañen lo que es una verdadera lástima, aunque así están ahora las cosas. La corrida de Osborne bien presentada, con algunos ejemplares que hubieran pasado sin problemas en más de una plaza de segunda de nuestra Andalucía, de juego desigual, pero que en líneas generales se dejaron, salvo el cuarto un inválido que debió ser devuelto. El primero fue el mejor por su nobleza y calidad en la embestida, y el sexto un ejemplar encastado. Hizo presencia el gran enemigo del toreo, un fuerte viento que dificultó la labor de los diestros.
Salvador Vega, en su madurez, y toda la tarde muy dispuesto, nos gustó mucho. En su primero el viento le impidió estirarse a la verónica. El animal rehusó la primera entrada al caballo y luego arreó de manso en el segundo encuentro (lo que ahora muchos confunden con bravura). Vega inició la faena doblándose con temple y torería. Puso mucha voluntad, intentando bajar la mano, pero el burel sin clase y descastado se rajó en cuanto se vio sometido. Al quinto lo recibió con meritorias verónicas rodilla en tierra, sacándoselo a los medios. Destacó un quite por chicuelinas ceñidas y de mano baja. El toro se paró, como dicen en México se quedó “pegado” a la arena. También inició la faena doblándose con mucha torería y temple. Con la muleta hubo algunos buenos derechazos pero el toro se acabó muy pronto finalizando dándose el arrimón.
Saúl Jiménez Fortes es un torero en el que destaca por encima de todo su quietud y firmeza, gracias al enorme valor que atesora. Tiene una concepción innata ortodoxa del toreo y “testiculina” para hacer varios toreros. Pero aún quedan defectos que ha de corregir y que quienes lo llevan deben colaborar en ello, si se quiere que llegue a figurón del toreo y remueva el escalafón hasta sus cimientos. Su primer ejemplar era flojo y sin clase en la embestida y anduvo exponiendo, con pases ajustados, aunque con su tendencia de ahogar las embestidas. Tras dar un circular invertido, que tanto le gusta, regaló varios naturales ceñidos, cargando la suerte y rematados en la cadera. Luego vino su toreo encimista, donde se encuentra cómodo, poniéndose pesado al final de la faena. Con el encastado sexto puso toda la carne en el asador, pero hubo muchos altibajos en su labor, con pases meritorios y templados, y otras veces dejándose tocar el engaño. De nuevo acortó las distancias (habría que recordarle que cada toro tiene su distancia) y volvió al encimismo y a los circulares invertidos de los que abusa pero que fueron muy jaleados por buena parte del público. Es de esperar que sus mentores le digan que ese no es el camino. Pero, insisto, en Saúl hay un torero caro, aunque el tiempo nos dará o quitará la razón.
¡Qué pena de Finito! Aquel soberbio novillero que nos hizo vibrar en la Malagueta, aquel al que vi abrir la Puerta Grande de Las Ventas en 1993 en memorable faena, aquel torero con todas las cualidades para haber sido un mandón en esta profesión, una figura de época. Muy triste ver ahora a este torero en la plaza.Tan solo algunos chispazos de su clase y nada más, el resto aflicción y desgana.
Censurable y punible por parte de la autoridad que Neiro, banderillero de la cuadrilla de Finito, hundiera el estoque de forma indigna, después de que el diestro intentará sacar la espada colocado en la penca del rabo. Así como el descabellar Finito al cuarto de forma antirreglamentaria sin clavar la espada. Del mismo modo, la parsimonia de los mulilleros en el arrastre para forzar a la presidencia a sacar los pañuelos.
En resumen tarde interesante con aficionados en los tendidos y el gran placer de poder conversar y aprender de los “Pepillos de Málaga”, padre e hijo, grandísimos picadores y aficionados. La pena para todos es que la suerte de varas va camino de la desaparición. La puntilla fueron los argumentos que escuchamos al finalizar el festejo en amable conversación por parte de algún veterinario, quien insistía en que los tiempos han cambiado y que el concepto de bravura ya no se mide en el caballo sino en la muleta. Final de la disertación: debemos amoldarnos a estos tiempos modernos. Pues que quieren que les diga, uno no traga con eso y seguiré beligerante en este tema como en otros que creo no benefician a la Fiesta y a que en los tendidos llegue la emoción y no el divertimento. Por eso uno sigue en la resistencia, aunque la guerra esté prácticamente perdida.