Voy a empezar la crítica de hoy pidiendo perdón a los fans de Torrenteporque no les va a gustar nada lo que voy a escribir. Es más, sí tú, que me estás leyendo, eres fan de esta saga creo que deberías dejar de leerme inmediatamente ya que estoy bastante segura de que hoy voy a escribir la crítica más incendiaria que he colgado en toda la historia de este blog. Ante todo, no quiero que nadie se ofenda, yo no soy poseedora de la verdad capital ni pretendo sentar cátedra con mis palabras porque lo que vais a leer no es más que mi opinión. Y mi opinión y mis gustos no dejan de ser, como los de todo el mundo, subjetivos así que, reitero, que nadie se sienta ofendido si es fan de esta saga. Señores y señoras, ahí va mi opinión sobre Torrente 5.
Torrente (Santiago Segura) sale de la cárcel y se encuentra una España muy distinta a la que él recordaba así que, decepcionado con el sistema, opta por aliarse con John Marshall (Alec Baldwin) para dar un golpe millonario: robar un casino en Eurovegas. Torrente debe tirar de sus contactos para reclutar al equipo que le ayudará a llevar a cabo su plan pero las cosas no van a salir como él tiene previsto.
Lo primero que tengo que decir es que esta es la primera película de esta saga que he visto. Siempre he considerado estasaga de una vulgaridad tan extrema que no me merecía la pena dedicarle ni un minuto de mi tiempo. Los que me seguís sabéis que me gusta el cine cutre, casposo y malo pero no soporto ni la vulgaridad ni la zafiedad y creo que la saga Torrente es un adalid de ambas. La cuestión es que siempre he pensado que para criticar algo hay que hacerlocon conocimiento de causa y el público que me sigue, semana a semana, en mi sección Sala 8 cine de 8 Magazine León se merece que yo vea esta película para poder dar mi opinión con propiedad así que decidí que había llegado el momento de estrenarme con Torrente (que mal suena esto, madre mía).
Os prometo que hoy me he plantado en el cine con muy pocos prejuicios. Tengo que reconocer que el tráiler no pintaba tan horroroso y que la presencia de Alec Baldwin (lo poco que salvo de este despropósito) me parecía un pequeño aliciente. Además, siempre he oído a la gente diciendo aquello de “es mala pero te ríes” así que me auto-convencí a mí misma de que, al menos, me reiría un poco pero ni por esas, me ha parecido absolutamente bochornosa de principio a fin. No sabría ni por dónde empezar a comentar porque esta película me parece una auténtica vergüenza, sin gusto ninguno y con la única pretensión de hacer “gracia” recurriendo al humor más vulgar (y asqueroso) que he visto en mi vida. Soy una persona con mucho sentido del humor. Soy de las que se ríen con facilidad y no tengo el más mínimo problema con el humor gamberro, de brocha gorda o negro pero lo de esta película es humor de estercolero, vulgar, como pocas veces he visto en mi vida. Y no es que me tome en serio las burradas que aparecen en Torrente 5, es que soy incapaz de reírme si estoy viendo a un señor de aspecto asqueroso masturbándose, eructando o haciendo todo tipo de guarradas. Y, por lo que leo, creo que he tenido suerte porque creo que esta es la película más light en este sentido pero para mí ya ha sido suficiente.
Tampoco me llama la atención el tema de los famosos. Sinceramente, me importa un bledo ver a un personaje como Jesulín de Ubrique hacer el tonto y todo el tema de los cameos no deja de ser algo casi anecdótico aunque tengo que reconocer que Carlos Areces (actor a reivindicar, sin duda) o la gran Chus Lampreave han protagonizado los pocos momentos que han conseguido sacarme una sonrisa. Lo que me tiene loca es lo de Alec Baldwin. Es que no me entra en la cabeza que alguien a quien he visto hace unos meses en la maravillosa Blue Jasmine haya pasado de trabajar con Woody Allen a trabajar con Santiago Segura pero la verdad es que su papel es bastante divertido.
Lo que no tengo más remedio que reconocer es lo bien que se lo ha montado Santiago Segura porque mientras que para ver una gran película como La Isla Mínima había cuatro gatos, para ver esta abominación estaba la sala llena. No me vale la excusa de que como está todo tan mal hay que ir al cine a pasar un rato agradable o divertido porque con una buena película uno puede evadirse igualmente y olvidar sus miserias diarias. No, que nadie busque excusas, si tenemos Torrente 5 es porque hay demanda y viendo como jaleaba la gente que me acompañaba en la sala las obscenidades de este personaje no me cabe la menor duda de que vamos a tener Torrente para rato.
Hay gente que dice que hay que apoyar a Torrente porque es cine español pero, lo siento mucho, yo me niego a apoyar este tipo de productos totalmente alejados de lo que es para mí el cine: un arte. El cine es entretenimiento pero también es cultura y, como tal, al menos para mí, no vale todo. Torrente es un producto fácil que simplemente entretiene (a quien entretenga, claro) sin ofrecer nada más así que yo no recomendaría a nadie que se molestase en verla. Es más, creo que este tipo de películas son las que provocan que el cine español tenga la mala fama que tiene porque, como lo único que importa es la recaudación, productos infinitamente mejores que éste, aunque sin tanto marketing alrededor, no tienen la repercusión que se merecen. Conclusión: conmigo que no cuenten para ver la siguiente ni nada que se le parezca.
Para finalizar una reflexión. El hecho de que la sala estuviera lleno de chavales me da que pensar sobre qué tipo de ejemplos están recibiendo los más jóvenes porque yo, como adulta, tengo la madurez suficiente para saber que esto es una película y las situaciones que en ella se ven son totalmente exageradas y bastante irreales pero ¿puede llegar a esa misma conclusión un crío de 11 años? Me leo y parece que soy una mojigata puritana pero no soy nada de eso, simplemente creo que, por mucha gracia que pueda hacer, esta no es la película más adecuada para unos chavales que están forjando su personalidad.