Para que una buena torre pueda cargarse y descargarse con éxito, a parte del equilibrio y la fuerza, es importante que haya una buena base -la llamada pinya- que, como el contrafuerte de cualquier catedral gótica, permite que se alce la torre esbelta.
Resulta interesante observar cómo se organiza esta pinya, donde las personas se juntan, los brazos se levantan para reforzar la base y las cabezas se agachan. Todos son uno en esa amalgama y el objetivo es común.
Ahora bien, para lograr que cada uno tenga la posición adecuada, existen dos figuras importantes: el cap de pinyes (líder de la base i responsable de estructurarla) y el cap de colla (líder del grupo y máximo responsable técnico). Con órdenes precisas y visión de conjunto, logran organizar el bello hormiguero humana que permite que la torre se luzca.