Si tuviese que decir una única palabra para describir esta coca sería sin ninguna duda esponjosa, tan esponjosa que casi se deshace en la boca. No os podéis imaginar lo ligera que es y el delicioso sabor que tiene.
Es un postre típico de la zona de Levante. Yo creo que es deliciosa para desayunar con una buena taza de chocolate o un buen café.
Es tan fácil de hacer que sólo tenéis que batir los ingredientes, meter en el molde y hornear.
Quién lo prepara para desayunar mañana???
Ingredientes:
250 gr. de harina de repostería.
250 ml. de leche entera.
250 gr. de azúcar blanquilla.
3 huevos grandes.
120 gr. de aceite de oliva virgen extra de sabor suave.
ralladura de media naranja.
2 sobres de gaseosillas, uno de ácido cítrico y otro de gasificante (suelen venir de dos en dos y viene uno de cada).
Azúcar glasé para adornar (si queréis se puede también adornar con canela y azúcar glasé).
Echamos en un bol o en nuestro robot de cocina si lo tenemos el azúcar y los huevos y batimos bien hasta que quede una mezcla más densa y blanca.
Ahora echamos la harina previamente tamizada con las gaseosillas, el aceite de oliva virgen extra, la ralladura de la media naranja y la leche entera. Batimos todo hasta que todo esté bien mezclado.
Precalentamos el horno a 180º
Untamos nuestro molde con un poco de aceite o manterquilla y espolvoreamos con un pelín de harina. Quitamos la sobrante y vertemos la mezcla en el molde. Deberías usar un molde de unos 23cm. de diámetro.
Introducimos la coca a 180º durante unos 40 minutos hasta que metamos un palito o una aguja de lana y salga seca.
Acordaros que el tiempo de cocción depende mucho de cada horno. El mío no tiene aire y es de esos más antiguos pero si es otro aproximadamente será el mismo tiempo aunque tener cuidado con ello.