Esta torta es super sencilla de preparar, liviana, suave, bien de verano, aunque haya que prender el horno (ventilador, puerta cerrada y una alarma para que no se nos pase la hora y listo!).
Es tan húmeda, que aunque no te tomes vacaciones todavía, sientas los pies en el agua (?). Además, el toque de limón la hace refrescante. Sabores simples, contundentes y deliciosos.
Es una torta muy fácil pero frágil, es pura humedad. Para una merienda paqueta con platito.
Con un tereré, con un tecito y aire acondicionado, o porque no, dejarla para el postre, descorchar un champagne y seguir brindando, total el año no empieza hasta marzo!
Hay una receta!