Esta sencilla, pero sabrosa preparación (con poca pompa, pero muuucho sabor) me pareció digna del festejo de los más de 100 seguidores del blog y los más de 200 seguidores en Google+. Sí, ya sé que para muchos de ustedes esa cifra es mínima, pero para esta humilde y trabajadora servidora es motivo suficiente para festejar.
La torta de miel clásica ucraniana (Medivnik) es una torta que se realiza con mucha rapidez, de técnica sencilla y rústica como las tradicionales preparaciones campesinas que representan la gastronomía más típica de un país. Sin embargo, una vez lista, apela a nuestro sentido de la paciencia. Claro, con inviernos crudos, de nevadas interminables, días demasiados cortos, escasez de combustible y penurias varias, lo que sobra es paciencia para esperar que la torta madure, se estacione y nos ofrezca su mejor perfil.Si tienen ganas de probar esta sencilla torta, moldeadora de voluntades (jajaja), aquí les dejo los pocos ingredientes que necesitarán para preparar la receta. El resto es paciencia, mucha paciencia.
Como corresponde a preparaciones rústicas, tradicionales, campesinas (y más allá de que después de tantos años de realizarse, transmitirse de generación en generación de una misma familia, modificarse según la condición económica del momento... se podrían haber hecho las mediciones un poco más precisas) las proporciones de ingredientes se miden en tazas, como es lógico.Para comenzar, colocá en un bol 1 taza de miel (orgánica, por supuesto y según se trate de miel de bosque, de flores silvestres, lavandas, manzanillas... los sabores y perfumes variarán ligeramente, aportando matices muy interesantes a la preparación) y 1 taza de aceite neutro. Revolvé con cuchara de madera (no te preocupes porque te parecerá que nunca van a mezclarse, pero todavía falta lo mejor: otro ingrediente que cambiará esta situación de manera terminante).
Agregá 1 taza de azúcar (en mi caso era orgánica, pero puede ser integral) y continuá revolviendo.
Luego, añadí 3 huevos (de campo o ecológicos/orgánicos) de a uno por vez, batiendo muy bien con batidor de alambre.
Entonces, agregá 1 taza de agua (potable) y, en forma de lluvia (yo no puedo con mi genio y la tamizo junto con el bicarbonato de sodio, pero no es necesario; aunque así te asegurás una preparación más aireada, suelta y liviana) incorporá 500 gramos de harina leudante (o de harina común) y 1 cucharadita de bicarbonato de sodio.
Continuá revolviendo con fuerza, para evitar que se formen grumos y para incorporar aire en la preparación. Por último, perfumá con el extracto de vainilla.Volcá la mezcla en molde enmantecado y enharinado, y cociná en horno moderado (180-190° C), previamente precalentado, por unos 40 minutos (o hasta que la torta supere la prueba del palillo).
Una vez cocida, desmoldala aún caliente (conviene por ello prepararla en un molde desmontable para evitar malograr la torta) y espolvoreala con una generosa capa de azúcar impalpable.
Una vez fría, tapala con papel film y dejala reposar (dentro o fuera de la heladera) por, al menos, 48 horas.Sí, lo sé. Es todo un desafío al niño interior que quiere probarla al momento mismo de sacarla del horno, al curioso que puede soportar hasta que la masa enfríe, pero... ¿48 horas enteras? ¡Eso ya es mucho pedir!
Pues, la paciencia, el auto-control y la meditación serán premiados porque esta torta es una fiesta absoluta para el paladar sin muchos artilugios más que ingredientes sencillos, cotidianos que se combinan en un verdadero deleite.
La torta queda bien húmeda (por acción de la miel y el aceite) y perfumada por la miel y la vainilla. Además, se trata de una masa bien aireada (espero que pueda observarse bien en la foto) que, contrariamente a lo que podemos suponer, no resulta pesada.
Si fuera necesario, pasado el tiempo de estacionamiento, espolvoreá nuevamente sobre la torta una buena capa de azúcar impalpable porque parte o toda ella puede haber sido absorbida por la masa caliente. Yo no quise añadirle más porque pensé que así estaba estupenda y, a juzgar por lo poco que duró completa cuando avisé que ya podía comerse, diría que no me equivoqué. Jajaja.
Si quieren darle una presentación más gourmet, puede servirse acompañada por helado de vainilla o una generosa cucharada de queso mascarpone, espolvoreada con arándanos.
Anímense a prepararla y darse el tiempo de esperar que alcance su punto justo. Por acción natural de la miel, la torta se conserva perfecta por mucho tiempo (pero, nadie supo decirme cuánto porque nunca dura lo suficiente como para poder comprobarlo).
Antes de despedirme, quiero agradecerle a J. Mascaro del blog Principiante de la cocina (si todavía no lo conocen, es una estupenda oportunidad para darse una vuelta por allí) porque hace ya unos cuantos días me otorgó dos premios: Liebster Award discover new blogs! y The Versatile blog (¡éste es nuevo! y bien contenta me pone).
Como siempre que recibo un premio de mis compañeros blogueros, estoy muy halagada y agradecida por su elección, que siento como un reconocimiento a mi esfuerzo y trabajo.
Pido disculpas por no haber podido ocuparme antes como corresponde de las responsabilidades que conllevan los premios en sí. Pero, aquí estoy, tratando de ponerme al día.
Respondo las preguntas que dejó el autor de Principiante de la cocina.
¿De dónde vienes?
Soy argentina, de Buenos Aires.
¿Quién te animó a abrir el blog?
Mis amigas: estaban convencidas de que mis recetas podrían ser útiles a quienes desean probar recetas sin carne, pero muy sabrosas y sencillas de realizar para incluir en su dieta, como guarnición o acompañamiento...
¿Cuánto tiempo hace que tenés el blog?
Va a cumplir 1 año y 4 meses a fin de mes.
¿Qué te gusta cocinar más?
Me gusta cocinar cualquier cosa (menos carnes, claro), el placer es cocinar.
¿Tenés animales?
Sí, un perro que recogimos de la calle (mitad terrier, mitad caniche, con un toque de callejero), llamado Felipe. Se nos acercó una tarde de otoño en una plaza de Olivos (zona norte del conurbano bonaerense) y desde entonces no se nos separó más. Con ojos dulces y tiernos, muy inteligente, cabeza dura y amoroso. ¡Todo un personaje en nuestra familia!
¿Quién es tu inspiracción a la hora de crear?
A la hora de crear en la cocina, mi inspiración me la dan los ingredientes que hay en casa o algún ingrediente en particular con el que deseo cocinar.
¿Has visitado alguna feria de repostería?
No.
¿Tu dulce favorito?
El cheesecake y el tiramisú.
¿Qué no cocinarías nunca?
Carnes.
¿Estudias o trabajas?
Trabajo, pero siempre estoy estudiando y perfeccionándome.
¿Algo que te quede por aprender? Ufff... ¡Muchísimas cosas! Mientras viva, siempre voy a estar dispuesta a aprender cosas nuevas. La vida siempre nos permite aprender algo nuevo cada día.
Aquí va mi listado de blogs elegidos para otorgarles estos premios (pueden elegir uno de ellos o los dos, según si ya tienen o no alguno de ellos). ¡Qué suenen fanfarrias!
Aglio Olio e Peperoncino
Como cocino yo
Como pez en la cocina
Con sabor a YerbaBuena
Cosicas Wenas
Cuina la peladilla
La chica de las fresas
Objeto transicional
Regina y sus dulces
Somos lo que comemos
Sueños de amor y canelaLes recuerdo que las reglas que deben seguir los premiados son las siguientes:
Nombrar y agradecer el premio a la persona/blog que se los concedió. Además, hacerse seguidores del blog de la persona que los premia.
Responder las 11 preguntas (y contar 11 cosas sobre ustedes mismos, en el caso del Liebster Award discover new blogs!) para conocerlos mejor.
Conceder el premio a otros 11 blogs que les gusten, que acaban de empezar o que tengan menos de 200 seguidores.
Informar del premio a cada uno de los premiados.
Evitar mandar el premio nuevamente al blog que los premió.
Ahora sí, les agradezco la compañía, la paciencia y que estén ahí semana tras semana.
Les deseo lo mejor. ¡Disfruten mucho! Cariños enormes.