Además, no hay manera de evitar los cumpleaños de verano: son muchos, y siempre tiene que haber torta.
Siguiendo con la temática de pintamanos, recurrí a la mayor especialista en tortas que conozco, Mica, y me dijo que era posible que yo hiciera la famosa torta sorpresa, que no era tan difícil.
La torta sorpresa hace años que anda circulando por las redes: para Pascua con un conejito, para San Valentín con un corazón, para bebés, con alguna forma rosa/celeste depende la ocasión... con números, con círculos de colores... un montón.
Me imaginaba más o menos la técnica, pero Mica me pasó unos tutoriales que realmente me ayudaron un montón. Le pifié un poco con la forma: ahora que la vi terminada y se como se ve de adentro, creo que el formato budín (rectangular) es ideal para que el efecto de la sorpresa en el corte sea 100% perfecto. En la torta redonda, siempre quedan huecos entre las figuras...
Es ideal hacer un bizcochuelo rico, con una cobertura generosa y también rica, ya que la torta no se puede partir para rellenar, o perderíamos el efecto de las figuras en su interior.
Yo elegí la receta clásica de Magnolia Bakery y, a pesar de sus fallas de torta primeriza, fue un éxito! 👌
Hay una receta!