Enero y febrero son meses en los que mi tiempo libre se reduce. Toda implicarse al máximo en los estudios y esforzarse para poder demostrar todo el conocimiento que vamos adquiriendo. Pero también hay que saber encontrar un poco de tiempo libre para desconectar. Creo que cocinar es una de las mejores actividades para ello. En mi caso me relaja. Me hace evadirme del mundo por un tiempo. Es como si al encender el horno, estuviera apagando lo que está fuera de mi cocina.
Me apetecía hacer una “torta de dedos”. ¿Las conocéis? Son las típicas tortas de panaderías de toda la vida. En un principio se hacían con la masa de pan que sobraba. A continuación se le añadía azúcar, huevo y aceite. La receta me la dio la antigua panadera de mi pueblo. Es muy sencilla y deliciosa.
Para hacerla un poco más especial, al encerrarme…
Ver original 278 palabras más