Es la forma más disimulada de hacer que los niños coman calabacines, que no hay manera. Yo en casa tengo una no tan niña (camerawoman, no es por señalar) que decía: "yo no como hojas" como si se tratara de un principio filosófico o moral. Ahora se ha convertido y es una apasionada de las ensaladas (pero menos). El caso es que con los calabacines no había manera, se negaba, y el otro día los hice