El año pasado vi muchas veces estas tortillitas pululando por los blogs pero nunca me acordaba de hacer unas, y no sería que no tenía calabacines. De muchas recetas que vi he adaptado la receta a mis gustos particulares siendo el resultado riquísimo. Aquí las dejo además enriquecidas con fiambre de pavo y queso que hasta a los críos les encantará ignorando que llevan calabacín pues al estar este rallado ni se darán cuenta.
*Con estas cantidades me han salido ocho tortillitas, si quieres más, ya sabes, a doblar cantidades.
INGREDIENTES
-un calabacín mediano
-tres lonchas de fiambre de pavo
-cinco triángulos finos de una cuña de queso tierno
-2 huevos
-una cucharada y media sopera de maizena
-perejil picado
-aceite de oliva y sal
PREPARACIÓN
Pelamos el calabacín y lo rallamos en una fuente honda. Luego toda la carne la ponemos en un colador y este encima de la fuente para que vaya escurriendo toda su agua.
Mientras, en la tabla de madera cortamos muy menudo las lonchas de fiambre de pavo y el queso y lo reservamos. Al cabo de diez minutos estrujamos un poco la pasta de calabacín sobre el mismo colador para que pierda el agua que quede y vaciamos la fuente de agua. Mengua muchísimo cuando está escurrida. Este calabacín mirad en lo que se quedó.
En esa misma fuente ponemos la carne de calabacín, el pavo y el queso.
Batimos dos huevos en un plato y lo incorporamos a la fuente. Echamos perejil picado y sal y mezclamos todo muy bien.
Ahora echamos la maizena que dará consistencia a las tortillitas y lo mezclamos muy bien hasta su perfecta disolución.
Ponemos en el fuego grande una sartén grande con una cucharada de aceite a calentar. Cuando esté caliente iremos poniendo cucharadas de masa dándoles forma con el revés de la cuchara.
Cuando hayan dorado por abajo, (esto lo veremos levantando una ligeramente con la espátula o un tenedor), les damos la vuelta mejor con una espátula para no correr riesgo de que se puedan romper y dejamos dorar por el otro lado un par de minutos.
Las ponemos en una fuente y las tapamos con un paño para que no se enfríen mientras hacemos una segunda tanda. Servimos bien calientes. Yo en esta ocasión las he servido con una fritada de tomate que tenía en la nevera.