Revista Cocina

TORTITAS DE AVENA Y PLÁTANO [Adopta una autora: Sara Rosenberg] [Sin lactosa]

Por Anamelm
TORTITAS DE AVENA Y PLÁTANO [Adopta una autora: Sara Rosenberg] [Sin lactosa]

TORTITAS DE AVENA Y PLÁTANO [Adopta una autora: Sara Rosenberg] [Sin lactosa]TORTITAS DE AVENA Y PLÁTANO [Adopta una autora: Sara Rosenberg] [Sin lactosa] TORTITAS DE AVENA Y PLÁTANO [Adopta una autora: Sara Rosenberg] [Sin lactosa]

He adoptado a una mujer de edad adulta. Con su carrera profesional desarrollada, trabajo e hijos. Todos los accesorios incorporados.

La conocí en mi barrio, en la biblioteca pública. Ella estaba impartiendo el taller de escritura creativa que yo había ido a recibir. Me gustó su estilo en clase, su crítica concisa y amable, y su brutal sinceridad. Yo soy muy agradecida con las personas sinceras, para bien y para mal.

Más adelante, bloggeando por ahí, me encontré esta iniciativa: Adopta una autora.

Se trata de adoptar virtualmente a una escritora, para dar a conocer su trabajo. Y adopté a Sara. Que como ya la conocía, me resultó fácil. Es maja, y siendo maja ganas puntos para la adopción.

Os voy a contar cosas sobre ella. Sara Rosenberg nació en Tucumán, aunque vive en Madrid. Llegó tras su exilio, y tras su paso por otros países de América Latina. Como tantas escritoras, rara vez los medios se hacen eco de sus palabras, de sus novelas o cuentan su biografía, así que poco más os puedo contar sobre su persona. Ese es el silencio bajo el que viven muchas escritoras, bajo el que se desvanecen mujeres como Maruja Mallo, Marga Gil-Roësset, María Zambrano, María Teresa León, Josefina de la Torre, Rosa Chacel, Ernestina de Champourcín o Concha Méndez, las féminas de la generación del 27, esa generación que nos suena por Lorca, Cernuda o Alberti.

Sobre su obra, os puedo contar que ha escrito sobre la dictadura argentina, y sobre los rasgos del fascismo. Que escriba de política de forma más o menos directa, la hace muy apetecible a mis ojos, lectores ávidos de este tipo de literatura.

Tiene un estilo envolvente sin dejar de ser directo, que a mí me invita a leer y leer las páginas sin parar, sus libros son de esos que una saca del bolso impaciente en el andén del metro mientras espera la llegada del vagón, y sigue leyendo mientras cruza suicidamente pasos de cebra de camino al trabajo, superados los torniquetes, las escaleras y el resto de pasajeros.

Su bibliografía, para quien quiera tener en cuenta mi recomendación:

Un hilo rojo. Espasa Calpe, 1998

Cuaderno de Invierno. Espasa Calpe, 2000

La edad del barro. Destino, 2003

La isla celeste. Colihue, 2013 [infantil]

Y algunas colaboraciones en:

http://www.ojosparalapaz.com/author/sara/

Y como estamos en un blog de cocina, pasamos a una receta ¡Que esto al fin y al cabo va de comer y no sólo de contaros cosas!

He elegido una receta apta para todos los públicos, unas tortitas de plátano y avena, muy sencillas, riquísimas y super saludables.

Plátano, 120 g [Uno grande o dos pequeños]

Aceite de girasol, 15 g [Una cucharada]

Leche de avena, 30 g [Dos cucharadas] [Puedes usar cualquier leche que tengas]

Harina de avena, 70 g [¾ de taza] [Puedes usar harina de trigo o espelta en su lugar]

Bicarbonato, 1 cucharadita

Canela y nuez moscada al gusto

MODUS OPERANDI

Hacer tortitas es una de las cosas más sencillas y satisfactorias del planeta. Especialmente si además son sanas y sabrosas.

Lo único que hay que hacer es meter en un robot de cocina los plátanos, la leche de avena, el aceite y el huevo, y batir hasta que se forme un puré homogéneo. Sobre ese puré añadimos los ingredientes secos [harina, bicarbonato, azúcar, sal, especias] y lo mezclamos hasta integrarlo.

Dejamos reposar la masa una media hora en la nevera, para que el bicarbonato haga su trabajo.

Y sólo nos queda hacerlas. Usaremos una sartén antiadherente y en buen estado, esa que tenemos guardada en la caja fuerte solo para tortitas y crepes. Ponemos un poquito de aceite de girasol [el de oliva daría mucho sabor] o de mantequilla [ojo con la lactosa] y cuando esté caliente, dejamos caer una porción de masa. Cuando empiecen a dorarse los bordes, le damos la vuelta a la tortita con ayuda de una espátula.

Tarda un minuto por cada lado, aunque depende de la textura de la masa, a más líquida más rápido se hacen y más bajitas salen. Yo prefiero masa densa, para que salgan esponjosas, pero hay que cuidar que no se quemen, así que en este caso no pongas el fuego a tope, deja que se cocinen por dentro sin carbonizarlas por fuera.

Normalmente la primera sale chuchurría y se desecha [yo la desecho padentro y de paso pruebo el punto de la masa ... ejem] y a partir de la segunda, sólo tenemos que cocinarlas todas y servirlas con un poco de sirope y fruta fresca.


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