Sigo de vacaciones en modo desconexión total, que siempre viene bien para reponer fuerzas. ¿Y vosotros qué tal?
Hoy me gustaría explicaros muy brevemente mi experiencia con el iluminador Touche Éclat de YSL.
A estas alturas se ha dicho todo y más sobre este producto, pero hasta hace poco no había tenido ocasión de probarlo porque, erróneamente, consideraba que no iba a aportar nada significativo a la sencillez de mi maquillaje habitual. Hace un año, además, probé el iluminador Deliplús y el resultado fue tan nefasto -a parte de que me generó una reacción alérgica bestial-, que se me quitaron las ganas de probar cualquier producto similar. Sin embargo, hace unos meses vi un vídeo de
Goss Makeup Artist (hace años que soy fan absoluta de sus tutoriales y reviews) y decidí darle una oportunidad. Aproveché una oferta en Primor y así es como, desde hace unas semanas, este iluminador se ha convertido en uno de mis imprescindibles.¿Por qué me ha gustado tanto? Porque con unos pequeños toques y aplicado adecuadamente, hace que el rostro cobre vida. Aporta luz pero sin brillos, no reseca la piel y no me ha generado ningún tipo de reacción alérgica. Lo acostumbro a utilizar, sobre todo, en la zona más oscura de la ojera, en la parte alta de los pómulos y en el arco de las cejas. El resultado es alucinante.Como su nombre indica, es un iluminador, por tanto no tiene una gran cobertura y no sirve como corrector, pues esa no es su función, pero visualmente proporciona una mirada descansada y despejada.
En cuanto a los tonos, en España, como siempre, estamos más limitados. En la web americana hay disponibles hasta 12 tonos distintos. Elegí el 2 Luminous Ivory porque el 1 me pareció demasiado rosado (mi subtono de piel es amarillo), aunque el ideal hubiera sido el 1.5 Luminous Silk. Aún así, el 2 se ajusta a la perfección a mi color de piel.