Tour por las cubiertas de la Catedral de Santiago de Compostela

Un día frío y que invitaba a quedarse en la cama bien cobijados viendo una peli fue el día escogido para visitar las Cubiertas de la Catedral de Santiago de Compostela.

Adri había hecho ese tour hacia unos años, y no paraba de comentar las vistas que se podían ver desde lo alto, así que cuando surgió la oportunidad y gracias a Chechu de la fundación de la Catedral y a Iria, nuestra guía, pudimos disfrutar de un tour donde descubrimos muchos datos interesantes sobre la Catedral, como por ejemplo que hasta los años 60 vivía un campanero en las cubiertas, que era el encargado de tocar las campanas.

La entrada al tour se encuentra justo debajo de la puerta principal de la Catedral, en la Cripta, y el tour tiene un precio de 12 euros por persona,pero 12 euros que merece la pena invertir.

Subimos unas escaleras donde pudimos ver la catedral por completo en una maqueta que tenían allí expuesta. Por fin pude ver la catedral sin andamios, porque en los últimos años, las 3 veces que he ido a visitarla me la he encontrado con andamios, debido a las reparaciones y el mantenimiento que le están haciendo.

Luego de disfrutar de la maqueta subimos a las cubiertas, y pude, finalmente, ver las vistas que Adri tanto había mencionado. Incluso una leve niebla se instauro en el ambiente y hacia de todo aquello como si estuviéramos en la Edad Media, pero ahí estábamos bien protegidos, porque la Catedral sirvió también en tareas defensivas debido a las numerosas revueltas que se producían en esos años, incluso algún Arzobispo tuvo que salir corriendo de la Catedral debido a la persecución que sufrió por parte de sus súbditos.

La catedral se construyo en varios tramos y la mas antigua data del sigo XIII. A lo largo de los años ha ido sufriendo ampliaciones y modificaciones, pero conservando su carácter de catedral románica aunque con ciertos detalles góticos. Sea del estilo que sea, la Catedral de Santiago es uno de esos viajes que todas las personas tienen que hacer al menos una vez en su vida, porque sean o no sean religiosos, ciertamente se siente en las cubiertas y en sus paredes la historia de tantos y tantos siglos.