¡Hola mamás y papás, educadores y educadoras, profes… y visitantes! Como sabéis, hace días que el otoño ha llamado a nuestra puerta y aquí estamos, maravillándonos con sus colores marrones, sus alimentos tan ricos, la climatología tan cambiante (hoy hace frío, ayer hizo calor…) los jardines de hojas secas y sus otras muchas particularidades.
Como os conté en algún que otro post, mi ansia pedagógica me anima a poner en marcha proyectos de casi cualquier cosa que acontece en nuestro entorno, especialmente todo lo que tiene que ver con las estaciones y la climatología en general. Y, por eso, con la llegada del otoño no podía dejar pasar la oportunidad de trabajar esta estación que, aunque no es mi favorita, siempre espero con ansia para poder olvidarme un poquito del calor extremo que azota Valencia en los días de verano.
Hace unos días os conté que habíamos empezado a trabajar esta estación de la mano de Nacho, un niño que descubre el otoño y todas sus particularidades. Lo hicimos con el libro Nacho y el otoño, que nos encantó y que hemos vuelto a leer en numerosas ocasiones en los pocos días que lo tenemos.
Hoy os muestro otra actividad que hicimos a finales de la semana pasada, que también nos gustó mucho y nos sirvió para trabajar los colores de esta estación y conocer el ciclo de las hojas: Recoger hojas secas de los jardines y adornar nuestros espacios con ellas.
Recogemos hojas secas
Como sabéis, el otoño se caracteriza, principalmente, por la caída de las hojas de los árboles y sus colores en tonos tierra. Esta es la característica que suelen asociar los y las más peques con esta estación, pues es muy vistosa y les suele llamar mucho la atención.
Así que una tarde de la semana pasada decidimos iniciar una nueva actividad del otoño, y bajamos al parque más cercano de casa a coger hojas que ya se habían caído de los árboles. Nos llamó la atención la cantidad de hojas que habían en el suelo, sus colores marrones y amarillos y la multitud de formas que encontramos.
Para ello pusimos en un pequeño saco que llevamos para la ocasión una recopilación de hojas de diferentes tamaños, colores y formas. Nos decantamos por aquellas que más nos llamaron la atención, y la verdad es que nos hicimos con un buen montoncito.
Limpiamos y preparamos las hojas secas
Una vez recogidas y en casa, las limpiamos con agua para eliminar toda la suciedad (tierra, posibles restos de pipí de animales…). En algunos momentos nos ayudamos de un cepillo de dientes para quitar la suciedad más incrustada, dándole suavemente.
Y una vez limpias, las dejamos secar.
Pasadas unas 24 horas, pudimos empezar a decorar. E hicimos:
– Un centro de mesa, que a Bicho no le gustó mucho y decidió aprovechar las hojas para la siguiente decoración (queda pendiente recoger más hojas para dejar hecho este centro de mesa)
– Unas guirnaldas para colgar en la habitación, aula u otras zonas. Para ello plastifiqué las hojas, les hice un agujerito a cada una y les pasé un cordel, y posteriormente las colgamos, acompañadas de algunos alimentos típicos de la estación para darle más contexto. Esta técnica ofrece un punto muy otoñal al lugar y es muy usada en aulas de infantil, no solo con hojas sino también con otros elementos de la naturaleza, como palos, piñas, ramitas…
El resultado ha sido este. ¡Y nos encanta!
Aquí os dejo este recurso para trabajar el otoño tan fácil y bonito. ¡Espero que os sirva!
Cuéntame en comentarios si te ha gustado. ¡TE LEO!