Trabajar desde casa: Memorias de un hombre en pijama

Publicado el 08 junio 2012 por Gritanlosdedos

Hace apenas unos días aparecía en diferentes medios de comunicación la noticia de que una de las novelas gráficas de Paco Roca, ‘Memorias de un hombre en pijama’ (Astiberri), será adaptada al cine tras el éxito de ‘Arrugas‘. De hecho, repite director, adaptador de guión y demás miembros de la que es el gran éxito del cine animado español de los últimos tiempos. ‘Memorias de un hombre en pijama’ recoge las tiras que el historietista valenciano publicó en el periódico Las Provincias entre marzo de 2010 y julio de 2011.

Se trata de la historia más autobiográfica y cercana a la vida del autor. Muestra cómo es el día a día de alguien que desde niño soñó con estar en pijama todo el día y que, por avatares de la vida, acaba trabajando desde casa. Y en pijama, claro. Un conjunto de pericias, anécdotas y miedos. Un Paco Roca que está al borde de los treinta y sumido en una profunda crisis de identidad, ese paso hacia lo que se supone que ya no se es joven y se debe adquirir un mayor sentido de responsabilidad. Pataleta e ironía por parte de Paco Roca. Él no quiere y no se ve capacitado para aceptarlo. Sigue dependiendo de los tuppers de su madre, está en los primeros pasos de la convivencia con su pareja y no acepta que los años y la distancia acaba rompiendo la empatía con aquellos que considerabas tus almas gemelas: los amigos.

Una historia real, como la vida misma, en la que fácilmente el lector se sentirá muy identificado con las hazañas de un personaje que está hecho a cuerpo y semejanza de su autor. Paco Roca tiene esa capacidad para fijarse en los pequeños detalles y captar la ironía que en cada momento se nos presenta.  De su observación directa y experiencia surgen historias que muestran la cotidianidad con una realeza que es aplicable a nuestros tiempos en los que, cada vez más, el trabajo desde casa cobra un especial protagonismo. En esa rutina y, por qué no, en esa celda en la que lo privado y lo profesional llega a no ser diferenciado, lo más nimio llega a convertirse en un gran acontecimiento. Una historia unida en su conjunto pero que, a su vez, no mantiene un hilo argumental lineal. Cada página es una historia. Un todo que una vez terminado el libro se aglutina y es reflexionado con un final que, según el autor de novelas gráficas como ‘El invierno del dibujante‘, termina por no saber qué más contar pero que nos hace cuestionarnos si realmente la historia culmina de forma irreversible o, si por el contrario, forma parte del ingenio y la creatividad de su autor.

Juanjo Sánchez


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