Trabajar en equipo, la inteligencia emocional en las organizaciones

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

Los teóricos de negocios de finales del siglo XX popularizaron el concepto de construir equipos. Ellos comprobaron que son las estructuras más apropiadas para llevar a cabo las tareas de alto nivel de complejidad. A partir de este concepto, las empresas se abocaron a formar equipos de alto rendimiento para asegurar el logro de sus resultados.

Pero... ¿ Qué es un equipo?

Un equipo supone un grupo de personas unidas, que consideramos, presenta dos condiciones básicas:

- Poseer un objetivo en común. - Necesariamente tener que interactuar entre ellos para lograrlo.

Un grupo en sí mismo no necesariamente constituye un equipo, puede haber personas que busquen un objetivo en común, pero que para lograrlo no tengan la necesidad de interactuar.

Los equipos de trabajo no solo son fenómenos laborales, sino también son fenómenos sociales y como tales intervienen reglas internas, no escritas, que determinan la calidad y eficacia de los mismos.

Muchas veces se ha hecho la comparación de los equipos de trabajo con los deportivos y parecería que en ambos casos existen patrones comunes en los "equipos campeones" de uno y otro ámbito y es indudable el peso del componente emocional en los mismos. Pensemos en cualquier deporte de equipo y parece, a primera vista, que la victoria llegará por tener los mejores jugadores, pero no siempre es así, a menudo vemos que la cohesión de un equipo y su motivación colectiva, resultan determinantes para lograr los objetivos buscados. De acuerdo a los estudios de campo realizados últimamente, sabemos que existen pruebas que la inteligencia emocional es un "plus", que muchas veces determina el éxito, tanto en el deporte como en las empresas, por lo tanto no sólo se necesita contar con "jugadores idóneos" sino también es necesario que esos "jugadores" dispongan de las "herramientas emocionales" que les permitan interactuar efectivamente con los otros integrantes del equipo, para lograr un desempeño de excelencia.

Sabemos que la forma particular de interpretar "la realidad" que tienen las personas los habilita a tomar determinadas acciones y los lleva a lograr determinados resultados. Por eso mismo muchas veces nos descubrimos "tropezando con la misma piedra" una y otra vez.

Este mecanismo individual de interpretación de lo que sucede, también se produce a nivel grupal, es por eso que algunas organizaciones humanas (empresas, equipos deportivos e incluso países) se ven operando desde círculos viciosos que las lleva a repetir "viejas historias"

Esta forma de interpretar, la podemos semejar a los cristales de unos anteojos. Según el tipo y color del cristal, la organización interpreta su "realidad". Esta interpretación no solo es para "afuera" sino que también incluye los juicios acerca de si mismos, de sus compañeros y de las capacidades grupales, que tienen sus integrantes.

El desarrollo de la inteligencia emocional, permite "cambiar las lentes" por otras que posibiliten el logro de los resultados que le importan al equipo. Implica resignificar situaciones, cosas, resultados y personas, de forma tal que permitan funcionar armónica y efectivamente.

Este proceso no es intelectual, es básicamente emocional y se desarrolla a partir de aprendizajes experienciales en los que cuenta más lo que "siente" el equipo que lo que pueda llegar a "razonar". Todo parte de un acto de voluntad del equipo, de "sentir" y "sentirse" dispuestos a transformarse, más allá de no saber cómo. De sentir la convicción de que es posible encontrar otros caminos que los lleve a ser más efectivos, a establecer relaciones más satisfactorias y a apasionarse por sus sueños y proyectos.

¿Cuáles son las competencias de la Inteligencia Emocional en las Organizaciones?

Este acto de toma de posición es el punto de apoyo y de partida que utilizamos desde el Coaching Ontológico para desarrollar la Inteligencia Emocional. Todo el proceso es básicamente emocional, parte de las sensaciones y emociones del equipo, para terminar también en sus sensaciones y emociones, nuevas, poderosas y generadoras de relaciones y resultados satisfactorios.

* El primer componente es la autoconciencia, que implica una profunda comprensión de las emociones propias, los puntos fuertes, flaquezas y necesidades y capacidad para iniciar y aceptar cambios. Se necesita ser honesto consigo mismo y con los demás.

* El siguiente es la autogestión. La persona y los equipos con Inteligencia Emocional son optimistas, motivados, que sienten el impulso de superarse, tienen dominio de su mundo emocional, vale decir que si bien no pueden dejar de sentir lo que sienten, tienen la libertad y el poder de decidir qué hacer con eso.

* Otra competencia es la conciencia social, que significa la eficacia para relacionarse con los demás. Para un líder no sólo radica en ser considerado con las personas de su entorno y sus sentimientos, a la hora de tomar decisiones, sino que también significa estar en la "frecuencia emocional" de ellos, hacer contacto y tener comprensión de la "anchura y profundidad" de su mundo emocional.

* Por último, las gestión de las relaciones consiste en encontrar elementos de unión con todo el mundo (don de crear relaciones), capacidad para trabajar en equipo, habilidad para comunicar, contagiar su entusiasmo, enrolar tras una idea, un futuro...

Desarrollar la inteligencia emocional de un equipo de trabajo posibilita:

Agostina Fasanella Y El Equipo de Liderarte Consultora

Buena semana y a seguir desarrollando nuestra inteligencia emocional!

Fuente http://www.psicologosorganizacionales.net/2016/07/trabajar-en-equipo-la-inteligencia.html

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