Trabajo para el “Recién Graduado”: La realidad de nuestra generación

Publicado el 29 enero 2018 por Carlosgu82

Hace poco tiempo recibí mi cartón universitario, aquel por el que, como popularmente se dice, nos quemamos las pestañas para obtener, todo en aras de alcanzar una mejor calidad de vida y un “futuro más seguro”. Después de 2 meses de haber culminado mis practicas profesionales, tuve la oportunidad de comenzar a laborar en una organización multinacional y algo prestigiosa entre el circulo empresarial. El primer día que entré en contacto con mi futura jefe me sorprendió lo rápido que se había puesto en contacto conmigo (una hora después de haber enviado mi hoja de vida), me realizó una extensa entrevista por celular y me pidió que estuviera a las 5 p.m de ese mismo día en las oficinas de la empresa; así que, a pesar de que ese día tenía un viaje programado decidí cancelarlo todo y sin dudar dije que ahí estaría (ya se imaginan la emoción de estar tan cerca de haber encontrado mi primer empleo).

Como era de esperarse llegué antes de la hora pactada y con una de mis mejores “pintas” o outfits, como es tan popular llamarlo ahora, para generar una buena impresión. No me extrañó que a las 5:30 p.m todavía no me habían atendido y como ya tenía algo de experiencia gracias a mis prácticas trabajando en el área de recursos humanos, inferí que podía ser una estrategia para probar mi nivel de frustración, así que actué de la forma más casual y despreocupada por el retraso. Casi a las 6 p.m me hicieron pasar a la oficina de la “jefa” para una entrevista en persona. Afortunadamente me fue bastante bien a lo largo de la misma y hubo mucha empatía entre mi jefa y yo.

Cuando apliqué a la vacante decía que el salario era confidencial, así que en realidad me arriesgué porque, seamos francos, nuestras expectativas salariales al graduarnos no son muy altas si conocemos la realidad de nuestro sistema económico. Sin embargo, cuando me mencionaron la asignación salarial no pude evitar sorprenderme, y no de buena manera como pudo imaginarse. A pesar de que mis aspiraciones no eran tan altas, no me imaginé que para una empresa que recibe ingresos tan cuantiosos y se jacta de su posición como líder a nivel mundial, realizará pagos tan insignificantes. Pude contener la sorpresa desagradable en mi cara y de todas formas acepté el trabajo porque consideré que entre esos ingresos y no tener nada como el resto de mis compañeros, prefería tener algo y ganar experiencia.

Comencé a laborar el lunes siguiente y mi primera semana me fue muy bien, comencé a conocer y a establecer relaciones laborales favorables con mis compañeros y me sorprendió ver que la mayoría de los que trabajaban en mi área eran recién graduados y casualmente conocía a unos pocos. Cuando hubo confianza charlamos sobre nuestros ingresos y la suma tan miserable que recibíamos (peor aún, trabajando bajo la modalidad de la nueva era empresarial: prestación de servicios), principalmente si se tiene en cuenta que todos habíamos asistido a universidades bastante costosas en nuestro país y varios tenían préstamos estudiantiles que pagar, para lo que claramente no alcanzaba el sueldo si tenemos en cuenta que tocaba pagar salud, pensión, riesgos laborales, alimentación, transporte, vestimenta (porque se exige una excelente presentación personal), aportes para cumpleaños de compañeros, y gastos adicionales que cada uno tuviera.

A pesar de que todos nos quejamos, la realidad en que ninguno hacía nada para manifestar nuestro malestar por temor a ser fácilmente reemplazados por alguien que como nosotros, necesitara también el trabajo. En este punto, no puedo evitar imaginarme que al igual que yo y mis compañeros de trabajo, muchos jóvenes o adultos recién graduados deben estar pasando por la misma situación, en la que somos “explotados” por grandes o medianas empresas por temor a decir algo y quedarnos sin empleo en un mundo donde la demanda laboral por parte de la población es tan alta, y la oferta por parte del sector empresarial o productivo es tan limitada. Nos exigen ser jóvenes recién graduados pero con mínimo 2 años de experiencia, que claramente es casi imposible tener apenas que te gradúas, y las pocas veces que te dan la oportunidad quieren pagar una miseria por tu trabajo y lo peor de todo es que lo ven como si ellos te estuvieran haciendo un favor al contratarte, y no como si tú estuvieras prestando tus servicios profesionales y esforzándote al máximo por conseguir los logros de la empresa también.

No pretendo plantear una simple queja, sino un llamado de atención hacia el sector empresarial que a la larga son quienes controlan el sistema el sistema económico internacional y solo buscan lucrar a sus más altos dirigentes, explotando la labor de la mayoría de sus trabajadores en general (recién o no graduados), porque la realidad aplica para todos aquellos que no cumplen un rol gerencial o de alto rango jerárquico.

Déjenme saber qué opinan de nuestro sistema económico y social en los comentarios, y si están de acuerdo o no con mis pensamientos y mi percepción basada en mi corta experiencia.