Nuevamente les voy a pedir que usen, esa albóndiga, esa papa campera que tienen debajo del cabello, si, su cerebro. Voy a comenzar por lo que conocemos, nuestro enfoque a los mercados que hemos realizado, cual es? el uso de una moneda. Para los no iniciados en el binguerismo activo decirles que desde estás mismas páginas hemos demostrado, ante la atenta mirada del mundo, como usando una moneda, la que uds. deseen se puede ganar dinero en los mercados.
Milagro!!! Milagro!!! .. pues no. Un milagro fué aquello de soplar a un puñado de tierra y que se apareciera un pájarito. Eso ocurrió hace 2000 años, lo de la moneda es más mundano y cae en el territorio de las matemáticas.
Con esto último me refiero a que nuestro enfoque a los mercados ha sido “aleatorio”, es decir, dejamos en manos del mercado, en su sabiduría, que nuestras opoeraciones vayan a buen puerto. Es cierto que nosotros gestionamos el riesgo de cada operación, pero con las entradas aleatorias lo que hacemos es traspasar al mercado nuestras decisiones y confiar que “todo irá bien” un poco como “rezar”.
Si el mercado estuviese manipulado, este ejercicio tan sencillo de realizar con una moneda, sería una catastrofe para nuestros bolsillos. Diríamos que si el mercado tuviese un sesgo visible, este ejercicio sería imposible de que diese buenos resultados y dependería de nuestras entradas.
Mucha gente cree en la naturaleza aleatoria de los mercados, los “académicos” han publicado extensos libros y algún nobel sobre la aleatoriedad del mercado. Sin embargo, la naturaleza de los mercados no es arbitraria o aleatoria, todo lo contrarío, la naturaleza de los mercados es lógica y responde a una necesidad, la de distribuir un producto, ya sean patatas, acciones, cédulas hipotecarias, etc …
La lógica detrás de los intercambios en un mercado obedece al expreso deseo de los participantes en ese mercado cuando actúan en total libertad cuando toman sus decisiones. Por lo tanto, es fundamental ejercer una total libertad a la hora de decidir por los participantes, de esa forma nos aseguramos que sus decisiones serán lógicas. Si los participantes en un mercado no pueden participar en total libertad, pues se les restringe ya sea por coacciones, como leyes, prohibiciones de cortos, etc…, o por impedimentos, como los canales para acceder, o por restricción de información, como la ocultación de datos relevantes, las decisiones de los participantes no serán lógicas, serán viciadas o condicionadas, por lo tanto no podremos asegurar una distribución eficiente de los productos. En estos casos es como ir a un casino que dispone de ruletas trucadas o cartas marcadas.
Cuál es la lógica que nos permite realizar entradas aleatorias? no debería ser de naturaleza aleatoria? La lógica que rige el mercado es la suma de las decisiones de cada participante en el mercado. Para ello hemos de suponer, y lo remarco, nuestra hipótesis será que cada participante desea un intercambio exitoso en el mercado. Si ese participante es un comprador intentará comprar lo más barato posible, si es un vendedor intentará vender lo más caro que le sea posible. La regulación de los intercambios entre los participantes se hace a través de un precio.
El precio es curiosamente lo que menos nos importa si entramos aleatoriamente, y es esa clave lo que hace interesante el método aleatorio, no considera el precio como parte importante en las decisiones de las personas. A ciencia cierta sabemos que esto no es verdad, el precio es lo que regula esos intercambios, por lo tanto cuando usamos el precio en nuestras nuestras entradas aleatorias es cuando gestionamos el riesgo, y es ésa la sencilla razón de que un sistema aleatorio pueda ser beneficioso. Creo que queda claro que sólo cuando gestionamos nuestras operaciones lógicamente teniendo en cuenta un precio de intercambio un sistema aleatorio dá resultados positivos, lo que concuerda con nuestra hipótesis de que los participantes actuarán de forma lógica, la naturaleza de los mercados NO es aleatoria, y si no es aleatoria cabe la posibilidad de que podamos inferir futuros comportamientos.
Cosa muy diferente es si somos capaces de entender esa lógica, puede que no. Mi experiencia me indica que la gran mayoría de las personas que tienen relación con la bolsa no tiene claro la naturaleza de los mercados, prefieren dedicarse a estudiar empresas cotizadas y a inferir su cotización por su balance o expectativas de ingresos, dejando nuevamente que sea el mercado el que eficientemente se encargue de todo lo demás, los brokers y analistos intentan influir con sus recomendaciones a los participantes, “recomendamos comprar XXX” o “GS ha puesto a XXX en su lista de compras..” es decir, nuesvamente se gastan mucho dinero en “bombardear” de “anuncios” a los participantes para que entren al mercado según a ellos les interesa.
Nadie se para a pensar que Wall Street es una máquina de anuncios, que sale en los principales medios de “información” son unos anuncios que los emiten a las horas del desayuno, de la comida, entre los dibujos de los niños… y no son más que anuncios! nadie se preocupa por explicar cómo los mercados funcionan, cuando van a nuestro favor “es que somos inteligentes…” cuando perdemos… “nos atacan!” … “los mercados no funcionan…” “la dictadura del mercado….”
Todo lo anterior se encuentra metido dentro de sus cabezas, es imposible pensar que no les va a afectar. La mayoría de uds. puede pensar que lo mejor es vivir en una burbuja y no enfrentarse a la realidad, sin embargo yo no creo que sea bueno. La realidad nos guste o no, está ahí afuera, preparada para confundir, para introducir un sesgo en nuestras decisiones, porque lo han leído en aquel influyente blogger o porque se lo recomienda su amigo del alma, no podemos escapar de la realidad.
Al contrario, yo pienso que lo mejor es enfrentarse a ella y tomar ventaja de la estupidez y vagancias colectivas, algo a lo mejor es bueno, pero bueno no es suficiente, ha de ser contrastado, y hay una cosa en el mundo donde los participantes se muestran como son y es cuando van al mercado, por eso la gran importancia de su estudio. Parece razonable no?