Traducción jurada y traducción certificada: ¿cuáles son las diferencias?

Por Anad

Son muchos los motivos por los que se puede recurrir a servicios de traducción. Pueden ser traducidos los más diversos tipos de documentos, manuales, libros, currículums, etc. No obstante, pueden surgir algunas dudas sobre los diferentes tipos de traducciones que se pueden contratar, especialmente para las personas que no solicitan este tipo de servicios habitualmente. ¿Cuál es la diferencia entre una traducción y una retroversión? ¿Qué es, al fin y al cabo, una traducción jurada u oficial? ¿Y una traducción certificada?

Diferencia entre traducción y retroversión

Antes de esclarecer el asunto en cuestión, hay que tener una noción clara de la distinción entre una traducción y una retroversión. La traducción corresponde al pasaje de un texto de una lengua extranjera a la lengua materna del traductor o traductora. La retroversión se corresponde con el proceso inverso, es decir, el pasaje de un texto en la lengua materna del traductor o traductora a una lengua extranjera. Los costes asociados a cada uno de estos ejercicios son distintos, considerando que la exigencia es mayor en el caso de las retroversiones. Esto quiero decir que, en principio, el coste de contratar un servicio de retroversión es superior al precio de una traducción.

Qué es una traducción jurada

Llamadas popularmente como traducciones oficiales, las traducciones juradas son traducciones de documentos oficiales ―entre los que se encuentran certificados de nacimiento o de nacionalidad, judiciales, médicos o de residencia; así como contratos empresariales, licitaciones públicas o escrituras notariales, entre otros―, realizadas por profesionales de la traducción que posean el título de Traductor-Intérprete Jurado. Este tipo de traducciones se diferencia del resto por ser las más reguladas, al tener un carácter oficial, y ser efectuadas por un traductor autorizado para tal efecto.

La referida titulación y potestad la otorga el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, a profesionales de la traducción que ejercen dicha actividad de manera autónoma. Es decir, este título no les convierte en funcionarios públicos, sino que simplemente les autoriza para certificar que la traducción de los documentos es veraz.  

La traducción jurada puede ser presentada de dos formas. La práctica más antigua simplemente supone presentar los elementos traducidos siguiendo el orden de escritura habitual (de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha), describiendo también de la forma más precisa posible los logos, firmas y/o sellos que aparezcan en el documento, y que no serán reproducidos. No obstante, cada vez es más habitual entre los traductores jurados reproducir el formato del documento original, ubicando cada elemento traducido en el lugar correspondiente para facilitar el cotejo de la documentación.

En cualquiera de los casos, para que la traducción jurada sea reconocida como tal y se garantice tanto la fidelidad de la traducción como su validez legal, es necesario entregar: una copia del original con la fecha de traducción y la traducción impresa con el sello y la firma del traductor jurado.

Qué es una traducción certificada

Una traducción certificada es la traducción de un documento cualquiera, es decir, que no tenga carácter oficial y que no tenga que ser traducido por un Traductor-Intérprete Jurado, pero cuya validez está certificada por una agencia de traducción, por profesionales de la traducción o por un organismo competente. Con dicha certificación, la persona o las personas responsables de la traducción se responsabilizan por la misma y se comprometen con el hecho de haber proporcionado una traducción íntegra y fidedigna, esencial en muchos ámbitos comerciales, diplomáticos o académicos.

La traducción también puede ser notariada, lo que significa que el o la profesional que realiza la traducción presta juramento ante notario público de que ha realizado dicha traducción, lo que no supone que este último verifique la calidad de la misma, pero sí la identidad del traductor o de la traductora, para que, en caso de que sea necesario, se responsabilice por la misma. Para tal fin, en su posesión deben tener el documento de identificación personal, la traducción y los documentos originales, o una copia de los mismos, donde la notaría pública añade su sello.

Influencia de la tipología en el precio de la traducción

Las traducciones y retroversiones suelen tarifarse por palabra, siendo el valor de las segundas un poco más elevado por la mayor dificultad, ya referida, que suponen. El valor por palabra también oscila según el idioma en que se solicite la traducción, siendo superior para aquellos idiomas menos populares o solicitados en el país de referencia que para los más divulgados, como el inglés o el italiano.

En el caso de los traducciones juradas, para documentos como la partida de nacimiento, el libro de familia o un poder notarial, el valor suele rondar entre los 60€ y los 100€, dependiendo de las especificidades o la extensión del documento original. De cualquier forma, compara los presupuestos de diferentes profesionales, así como sus perfiles y experiencia para contratar el servicio que mejor se adecúe a tus necesidades.