Un 40% de la población mundial ya se considera internauta, lo que suponen más de 3.000 millones de usuarios, según los datos publicados por la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UTI). Estas cifras son más escalofriantes si aludimos a los usuarios de banda ancha móvil, más de 2.300 millones, entre los que el 55% se ubica en países en vías de desarrollo.
Con este panorama no es de extrañar que empresas, instituciones y organizaciones de distinto signo y sector de especialización hayan apuntado a la internacionalización como clave para mejorar sus resultados. Pero, ¿cómo hacerlo de manera efectiva, más en el caso de las pequeñas y medianas empresas?
Al margen de desarrollar una estrategia coherente, con objetivos definidos y concretos, las acciones de marketing online se consideran fundamentales en este sentido. Y dentro de ellas, la elaboración de una página web optimizada y pensada para generar una buena experiencia de usuario se constituye como su pilar básico.
Así, el desarrollo de una página web, tanto de carácter corporativo como si se trata de una tienda online, es fundamental para alcanzar el éxito comercial de carácter internacional de cualquier negocio. Pero, antes que nada, los contenidos que este espacio ofrezca deben estar traducidos en los idiomas del público objetivo al que la empresa va a dirigirse.
En este sentido, conviene señalar que la traducción de páginas web es una actividad compleja, un trabajo que debe ser contemplado de manera profesional. Y es que la página web ejerce una función capital, como es ejercer de ventana al mundo de la empresa que en ella se anuncia. Un escaparate en el que están representados los valores, productos, servicios así como la imagen con la que los usuarios finalmente recordarán a tal organización.
Por estos motivos, los distintos idiomas a los que esté dirigido este espacio deberán trasladar el mensaje de la empresa de manera clara y correcta, manteniendo y transmitiendo a los internautas la filosofía e identidad de tal empresa de manera fiel y coherente.
Así, se hace necesario que la traducción de páginas web se lleve a cabo por profesionales especializados, tanto en aquellos idiomas en los que va a ser transmitido el contenido como para que éstos cuenten con las competencias lingüísticas necesarias para ser entendidos por parte del público al que van dirigidos.
Y es que estamos hablando de contenidos de carácter diverso: desde la traducción de un catálogo de productos de una tienda online o ecommerce hasta traducciones especializadas de carácter científico y técnico, relacionadas fundamentalmente con la exportación de maquinaria o productos de estas ramas de conocimiento.
Por todo ello, cada vez son más las empresas que confían en los profesionales de la traducción para realizar este trabajo concreto. De hecho, según un estudio recientemente publicado por la agencia Okondia, se ha producido un aumento de la demanda de los servicios de traducción, especialmente aquellos destinados a la traducción corporativa, donde las páginas web ocupan un lugar destacado.
Sin embargo, aquí no acaba nuestro análisis en torno a la traducción y las páginas web puesto que también conocemos cuáles son los idiomas en los que nuestras empresas realizan sus traducciones de manera mayoritaria. Así, aunque las lenguas que tienen más peso son el inglés y el francés, cada vez ganan más adeptos otros idiomas.
Entre ellos, el italiano, alemán, portugués, chino, ruso y japonés. Asimismo, tampoco es desdeñable la cantidad de empresas que optan por dirigirse a mercados en auge, provenientes de Europa del Este, por lo que las traducciones al checo, eslovaco, croata y rumano también han sufrido un auge significativo.
Las empresas que se hayan decantado por esta decisión, o que estén en ciernes de la misma, no deben olvidar que las estadísticas indican que incluir los productos y la información corporativa en las lenguas cooficiales aumenta las ventas y mejora la reputación cuando éstas deciden implantarse en dichas regiones. Por eso, no se trata únicamente de traducir un texto sino de interpretarlo, adaptándolo a la lengua, usos y costumbres de este lugar.
Por todo ello, es necesario ofrecer cada producto y servicio a través de la máxima información posible que esté relacionada con la lengua de destino, con el usuario al que la página web de una empresa desea llegar. Sólo así aumentará la confianza del potencial cliente, repercutiendo en paralelo con sus ventas y reflejándose éstas en los beneficios de la organización.