Segunda parte
Terminaba la entrada anterior con una referencia a ciertas expresiones que se utilizan en español directamente, es decir, no en textos traducidos, sino elaborados originalmente en español. Son frases que en algún momento fueron traducidas de forma inexacta y que así se siguen reproduciendo.
Una de ellas es “más grande que la vida”, traducción literal de “bigger than life”, expresión que equivale a extraordinario. Se utiliza con frecuencia en críticas y comentarios sobre obras artísticas, por ejemplo películas y videojuegos, como aquí: “Para soñar con un cine más grande que la vida”.O como acá : “Skyrim: más grande que la vida”Y siempre con ese sentido de extraordinario, magnífico, sensacional, superior, excelente, sobresaliente, maravilloso, fuera de lo común, grandioso…¡Anda!, cuántas formas tenemos en español para decir bigger than life sin tener que calcar la expresión inglesa… Bueno, yo estoy segura de que las personas que han utilizado la expresión en estos textos saben perfectamente que es un ‘transplante’ lingüístico innecesario y tontorrón, pero a lo mejor les parece que queda muy chuli y moderno.Nuestra segunda expresión del día es “truco o trato”, que, como todo el mundo sabe, es la versión española de “trick or treat”, la famosa fórmula que caracteriza la fiesta americana de Halloween.Yo tengo dos teorías con las que me intento explicar por qué en un momento dado “trick or treat” se convirtió en “truco o trato”.
Pero, como muchos saben y algunos desconocen, sympathy no significa simpatía, sino compasión. De hecho, en los diccionarios aparecen sympathy y compassion como sinónimos.Una vez más, estamos ante una “fotocopia”, una traducción palabra por palabra, de esas que tanto nos dejan en evidencia.
La expresión “sympathy for the devil” se usa en inglés cuando alguien manifiesta compasión o pena por alguien que no merece esa condolencia.Si nos compadecemos de un canalla por el castigo que le impone la ley, alguien nos podrá decir que eso es “sympathy for the devil”.Por otro lado, también se usa esta expresión para referirse a una narración que está planteada desde el punto de vista del malo.
Es que el fenómeno de los “falsos amigos” es ciertamente muy curioso e interesante, sobre todo porque parece un capricho lingüístico, una cuchufleta ideada por un duendecillo que se divirtiera trasteando con las palabras. Pero es en realidad una mera y lógica consecuencia de la evolución del lenguaje y de los vaivenes que experimentan los significados de las palabras, según el uso que los hablantes hacen de las distintas acepciones de las mismas. Una cuestión apasionante, ¿a que sí?