Cristina Núñez, la embajadora trucha de la Paz, no sólo se mostraba con descaro en medio de banderas y logos de la ONU, también era escoltada por miembros de una asociación de ex conscriptos, uniformados como militares, como si fuera un ejército propio.
En la búsqueda de una pensión similar a la que tienen los veteranos de Malvinas, los ex conscriptos tramitaban las audiencias, así llegaron al despacho de Hermes Binner, cuando gobernaba la provincia de Santa Fe. Núñez los acompañaba y se presentaba como “Embajadora por la Paz Mundial de la ONU” y se sacaba fotos con los funcionarios de turno. La mujer, que siempre luce sombrero, visitó también la Municipalidad y el Concejo Deliberante; hay fotos de Cristina Núñez con todos y todas, recibiendo abrazos, recuerdos y distinciones.
A Rosario llegó de la mano de una puntera “obeidista” o “reutemista”, que ahora es casi lo mismo; en Santa Fe dictó conferencias en la Fundación Centro del “Cachi” Martínez, otro de la derecha peronista. Fue recibida como “visita ilustre” en Santiago del Estero y Misiones.
Cuando estuvo en la localidad santafesina de El Trébol prometió viviendas, y dicen que ingresó por la calle principal en una limusina embanderada y escoltada por los ex soldados. Parece una historia de ficción en la que nadie asume la culpa y todos dicen haber sido engañados, nadie fue capaz de “googlear” su nombre o al menos llamar a la ONU Argentina en donde, amablemente, hubieran desmentido cualquier relación con ella y sus seguidores. No se comprende cómo el misionero Guillermo Patricio Kelly (se llama igual que aquél) se presentaba como “consultor en seguridad de la ONU” y daba charlas en nombre de tal, además de participar de operativos de drogas, no se sabe de qué lado, en la Triple Frontera.
Los personajes principales de este engaño son parte de los vestigios de la Iglesia de la Unificación del recientemente fallecido reverendo Sun Myung Moon, la secta Moon.Los personajes principales de este engaño son parte de los vestigios de la Iglesia de la Unificación del recientemente fallecido reverendo Sun Myung Moon, una secta que gozó de buena salud en épocas menemistas y hacían del tráfico de influencias su modo de vida, además de traficar armas, blanquear capitales y promover la virginidad antes del matrimonio. Hasta supe de encuentros de Núñez con grupos filonazis vernáculos. Después de las últimas denuncias parecía que estaban “guardados”, pero la falta de escrúpulos de esta gente no tiene límites, y siguen operando a través de otros “embajadores truchos”. Así aparecieron en San Juan, inaugurando una sede falsa de la ONU.
Cuidado con ellos.
Fabián Scabuzzo, publicado en Tiempo Argentino el 27/01/2013
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