El ataque, caracterizado por disparos repetidos y brutales, causó heridas a 23 personas. De ellas, 10 perdieron la vida en el lugar de los hechos, mientras que un joven falleció en el trayecto a recibir atención médica. Doce víctimas adicionales fueron hospitalizadas, y dos de ellas se encuentran en estado grave.
La escena del crimen también reveló daños materiales significativos. Seis vehículos fueron incendiados y siete más presentaron daños debido a los impactos de bala, evidenciando la magnitud y la brutalidad del ataque.
Este suceso representa uno de los actos de violencia más graves en la región en tiempos recientes, poniendo de manifiesto la creciente preocupación por la seguridad en Guanajuato.