Entre las sorpresas que depara el juicio a los líderes separatistas catalanes en el Supremo está el de una empresa del Estado alemán que ayudó a la Generalidad a crear las que serían sus estructuras de Estado independiente, una gravísima traición a un amigo y aliado en la UE y en la OTAN.
Tras esta revelación en una de las sesiones del juicio, y a pesar de que recuerda la intromisión alemana le facilitó a Eslovenia separarse de Yugoslavia, el Gobierno de Pedro Sánchez no reaccionó ante la canciller Angela Merkel ni los medios informativos más influyentes pidieron explicaciones: el asunto lleva silenciado dos semanas.
T-Systems, filial de Deutsche Telekom, cuyo principal accionista es el Estado alemán, ayudó a la Generalidad “con la intencionalidad de participar en el proceso separatista para crear estructuras de país”, según los informes de la Guardia Civil presentados al Tribunal Supremo.
Entre los documentos incautados figuran varios contratos de la Generalidad con T-Systems, con base española en Barcelona, en los que aparecen pagos plurianuales de 400 millones de euros.
Cantidades abonadas fraudulentamente, sin que las descubriera el ex ministro de Hacienda Cristóbal Montoro, gracias al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) creado por el gobierno Rajoy para las necesidades perentorias de las Comunidades Autónomas.
Pero hay más: la Generalitat le pagó cerca de 800.000 euros a IBM, estadounidense privada con sede española en Madrid, para crear el sistema informático SPRIU, que controlaría la Hacienda de la Cataluña independiente, caso que corresponde al juzgado número 13 de Barcelona.
Dos gravísimos atentados contra la unidad un país multicentenario, más grave en el caso alemán, pese a lo cual ambas empresas siguen haciendo negocios aquí sin sufrir represalia comercial o política alguna, ni siquiera una protesta del Estado agredido.
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SALAS