Tranquil@, no te pasa sólo a ti

Publicado el 15 octubre 2014 por Lorena White @lorenagwhite

Después de un post en el que os hablé del lado oscuro de ser blogger, hoy os traigo otra lista de cosas que, es cierto, no serían motivos suficientes para desmotivarte y echar el cerrojo a tu blog, pero seguro que si los pilla Íker Jiménez nos hace todo un programa lleno de enigmas del mundo blogger (o, en realidad, es nuestra forma de ver las cosas la que los hace completamente inexplicables).

1. El caso del post que no te curras nada, pero que tiene mucho  más feedback que uno con el que te pasas horas.

Ay, el caprichoso mundo de los blogs (y de los lectores). Quizá esto te haya pasado alguna vez y, aunque es un enigma, en realidad y generalmente, los posts currados suelen tener más feedback que aquellos que subimos de relleno o por subir algo. Eso sí, quizá haya elementos de ese post que tú crees que no te has currado tanto que podrías adoptar. Por ejemplo, quizá ese post sea de la brevedad que normalmente no te caracteriza; quizá trate de un tema que, si bien no has profundizado mucho, interesa a tu audiencia o quizá hayas utilizado un lenguaje más ameno que cuando subes posts más trabajados (que ya sabemos que a veces, nos vamos por las ramas con posts mucho más elaborados, aunque en realidad sólo tengamos la intención de tratar el tema como se merece).

2. El misterio de por qué narices no me salen las ideas si yo me siento todos los días a escribir.

Porque obviamente, las ideas no están ahí cuando tú las necesitas, sino cuando las tienes. Y generalmente esos momentos de explosión creativa no coinciden con los momentos libres en los que te dedicas a escribir. Y además, si lo sigues intentando a pesar de no tener nada, sólo conseguirás bloquearte y desmotivarte y que tu trabajo como autor de tu blog, te guste menos. Yo te recomiendo tener siempre a mano algo para apuntar las ideas, dedicar algún rato libre (en el transporte público o en alguna sala de espera) a hacer una tormenta de ideas o a hacer listas de títulos aleatorios para posts hipotéticos y, sobre todo, te recomiendo programar más o menos los contenidos que quieres subir, para que el momento de actualizar nunca te pille en blanco.

3. El crimen sin resolver de la muerte de la plantilla de tu blog cada vez que tocas el HTML.

Quizá sea porque no tienes la suficiente experiencia. En ese caso, o usas una plantilla muy simple, que sea fácil de editar y con un código poco complejo o pides ayuda a alguien que tenga más idea. Aunque eso sí, piensa que la gente que hace diseños para blogs, suele cobrar por su trabajo y por ello, debes  prepararte a desembolsar una cantidad (no muy grande, eso sí) de dinero o a comprar una plantilla premium fácil de instalar y bonita. También puedes pasarte a la plataforma gratuita de WordPress, en la que está servidora, y el diseño de tu blog no te volverá a dar problemas porque en cuanto a plantillas es tan limitada, que apenas te causará complicaciones. Y si te apetece seguir intentándolo con el HTML de tu blog, te recomiendo exportarlo primero, para evitar disgustos.

4. El caso inexplicable de las estadísticas que no suben, a pesar de que llevas tiempo currándotelo mucho.

Porque quizá te has preocupado mucho por el contenido (ojo, que eso está muy bien) y poco por la promoción de tu blog. ¿Cuánta gente sabe que escribes un blog? ¿Por qué no se lo has contado a tu familia y amigos todavía? ¿Difundes tus entradas a través de tus redes sociales? ¿Tienes una newsletter? ¿Estás en algún agregador de contenidos como Paperblog o Bloglovin? Entonces te queda mucho por andar, pero no te preocupes, la materia prima (un blog con algún tiempo online y con actualizaciones periódicas), ya lo tienes. Ahora sólo te queda empezar a viralizarlo.

5. La horrible historia de por qué todavía no escribes sobre algo que te apasiona.

Lo he dicho tantas veces que, a pesar de que ayer dije que un error al escribir es parecer repetitivo, da la sensación de que no me aplico a mí misma lo que predico en mis entradas. Pero es cierto, si escribes sobre algo que te gusta, tú lo notas, tu blog lo nota y quien te lee lo nota más. Si te dedicas a escribir un blog porque tal o cual tema está de moda, por obligación para una asignatura (como empezó mi relación con este blog) o porque te aburres y cuando no sabes qué hacer, escribes; se nota más. Busca algo sobre lo que podrías estar escribiendo durante horas, algo con lo que disfrutes de verdad y notarás cómo esa crisis de identidad de “¿qué hago yo aquí y por qué no cierro?” será mucho menos frecuente. Escritor feliz, lectores felices.

¿Y tú? ¿Añadirías algún enigma más a estos 5 enigmas del mundo blogger?