El aclamado director británico Mike Leigh vuelve a moldear la historia para traernos una de las películas más peculiares de su carrera: Peterloo.
La más reciente película del aclamado director británico Mike Leigh vuelve a moldear la historia para traernos una de las películas más peculiares de su carrera: aun fiel a su estilo, Peterloo (2018) nos pide tranquilidad y paciencia para luego ser recompensados con un bello mensaje sobre la naturaleza del ser humano. Lamentablemente no hay fecha para su estreno en México.
Esta cinta marca el aniversario número doscientos de la Masacre de Peterloo, donde miles de personas se reunieron en la plaza de San Pedro en Manchester, Inglaterra, para demandar una reforma Parlamentaria y exigir su voto. A pesar de ser una reunión pacífica, el arresto de uno de los líderes y oradores de la manifestación causó pánico en la multitud y las fuerzas armadas, los cuales se abalanzaron contra el pueblo desarmado, matando alrededor de quince personas —entre ellos un infante— e hiriendo a cientos más.
Durante dos horas y media, cubriendo cuatro años hasta el trágico evento, acompañamos a múltiples personajes cuyos rostros y personalidades se funden en un solo espíritu.
Después terminada la Batalla de Waterloo y poniendo fin a las llamadas Guerras Napoleónicas, un cadete llamado Joseph y el General Byng regresan a casa, ramificando la narrativa en dos: el pueblo de Manchester en decadencia, y la opulencia de la burguesía inglesa después de su victoria. Nuevos impuestos a la comida y una baja al salario generan descontento.
Pasamos gran parte de la película siendo espectadores de reuniones y pláticas en ambos lados de la moneda. No hay un personaje al cual seguir, sino que somos parte de este momento aquí y ahora, escuchando personas que no tuvieron la oportunidad de ser escuchadas en vida.
Todos los personajes se sienten humanos, trascendiendo motivos estilísticos o narrativos: alguien podría entrar en cualquier momento a la escena y ofrecer una taza de té. Siempre hay tiempo para esperar a alguien subir las escaleras, cerrar la puerta o tomar un respiro, fruto de la experiencia del editor John Gregory quien ha colaborado en las tres últimas películas de Leigh y entiende como tratar sus guiones.
Es una película que debe abordarse con respeto. Mike Leigh nos presenta seres ordinarios, sin embargo, no los reduce a la simplicidad, más bien se enfoca en el vivir, el morir, y cualquier relación que pueda surgir entre ello. No es un sentido romántico de la historia, sino el viaje del ser humano.
Los guiones de Mike Leigh siempre pesan, y este puede ser uno bastante denso, pero tal vez lo que nos quiere dar a entender es que no hay nada más satisfactorio que escuchar al prójimo.
Esperemos que pronto tengamos la oportunidad de presenciar Peterloo en una sala de cine aquí en nuestro país.
Texto: Jaime Guerrero.
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