Por Bernardo Villar
La transformación es una amenaza real. Amenaza tu certeza y lo que crees verdad amenaza tus dogmas y lo que te enseñaron. Amenaza tu sistema de creencias. Amenaza quien tú eres y todo lo que sabes que es verdad.
En otras palabras, es un espacio en el que el mundo puede mostrarse a ti de una manera totalmente distinta, y por lo tanto, las posibilidades son infinitas.
Esta tecnología revolucionaria te invita a observar de cerca quién eres en el mundo y cómo éste ocurre para ti; cuestionar lo que sabes y retar todas tus respuestas tranquilizantes para dejarte con la incertidumbre de preguntas que pueden tener infinidad de repuestas o tal vez ninguna. Es una invitación a indagar lo que significa ser humano.
¿Qué pasa cuando retas tus verdades? Puedes construir verdades nuevas, cosas nuevas aparecen como posibilidad ante ti. Lo imposible deja de serlo.
Y esto es provocador y al mismo tiempo inquietante. Es total responsabilidad y con ella la incomodidad de ser autores indiscutibles de todo lo que ocurre en nuestro mundo, en nuestra experiencia de vida.
Si valoras tu comodidad y no tener que pensar. Si quieres que te den respuestas mágicas para tu vida, si prefieres encontrar las razones por las que no tienes los resultados que buscas y que todos te digan “pobrecito (a), que injusto es que no tengas el resultado” o culpes de ello al karma o al destino; si piensas que si va a ser será y si no, no era para ti, si crees que puedes cambiar tu mundo sin tomarte la molestia de hacer algo por ello… aléjate de esta tecnología. Transformación no es para ti. El liderazgo tampoco.
Pero si estás comprometido a transformar tus resultados para impactar de manera positiva la calidad de vida tuya y de la gente de tu vida, si estás dispuesto a tomar tu futuro en tus manos; si ya no quieres dar más excusas… entonces esto es lo tuyo.