El 25 de noviembre de 2016 moría a los 67 años un vagabundo llamado Donald Abrams, una noticia que sólo se recogería en algunos medios especializados -sobre todo, británicos- como un apunte marginal en la sección de cultura, pero que inspiraría el siguiente comentario de Jellybean Benitez (productor del “Holiday” de Madonna, ahí es nada):”es un día triste para los amantes de la música house“. La vida es así: un día colaboras con Prince (el de Minneapolis tocaba la guitarra con él en un grupo llamado 94 East antes de despuntar como solista, allá por 1977), al otro (1985) rozas la gloria en las listas de éxitos, y al siguiente simplemente te mueres convertido en en un deshauciado. (Y aún después de morirte, todas tus grabaciones originales se destruyen en el espectacular incendio que asoló los estudios Universal en 2008, pero en fin, eso ya es otra historia). Vamos a hacerle, por tanto, un poquito de justicia a Colonel Abrams y su irresistible “Trapped“.
Nacido en Detroit en 1949, el músico se mudó desde niño a la ciudad de Nueva York, donde se empapó del frenesí rítmico de una ciudad hiperestimulante. Él mismo reconocería años más tarde que los sonidos de la Motown, con los que se había criado, se verían agitados con los que destilaban las calles de la capital neoyorquina, y quizá eso es lo que explica la pulsión de esta canción de trepidante R’n’b con la que alcanzaría las listas dance de una época en la que la música house estaba en plena ebullición, después de unos primeros años en los que había sido una cosa restringida a “negros y maricas”. Primero fue “Music Is The Answer” (1984), una pista muy cercana a estos ritmos, la que le puso bajo los focos. La leyenda dice que el mismísimo Larry Levan estuvo encadenando dos copias de este tema durante más de una hora en una de las legendarias noches del Paradise Garage, pero el pelotazo definitivo lo alcanzaría con “Trapped“, una canción que le dio un efímero momento de fama que iría disolviéndose a lo largo de los 90, con alguna incursión ocasional a las listas, hasta desembocar en el desesperado último intento de una campaña de crowdfunding para proporcionarle un final alternativo al que la diabetes y la falta de un techo acabaron abocándole.
“Trapped” fue, desde luego, el mayor éxito en la carrera de Abrams, y es una canción que puede presumir de haber llevado el sonido primigenio de ese primer house a las emisoras más comerciales, hasta el punto de convertirse en inspiración (ellos mismos lo reconocerían) para las producciones pop más fabulosas del trío Scott, Aitken y Waterman. Llegó al top 3 en Reino Unido, y consiguió el primer puesto en las listas de dance norteamericanas, impulsando definitivamente la publicación de un primer disco de debut homónimo. Cosas del destino (casi parece una broma pesada), en 1987 triunfó en los Estados Unidos con una canción titulada “How Soon We Forget“… Y que lo digas, Colonel Abrams.