Tras el vasco, el Cupo catalán

Publicado el 17 julio 2017 por Cronicasbarbaras

Aunque no se celebre el referéndum independentista la Generalidad catalana podría estar ganándole su batalla político-económica al resto de España sólo con sus amenazas.

Es lo que se deduce de la inesperada petición del apaciguador Mariano Rajoy a Carles Puigdemont para que acepte negociar “como hace el Gobierno vasco” con su ventajista Cupo.

Los conciertos económicos vasco y navarro, que se incluyeron en la Constitución tratando de desactivar el terrorismo etarra son gabelas por las que allí pagan menos impuestos y reciben mejores servicios.

Deberían derogarse en cualquier revisión constitucional, pero, al contrario, Rajoy parece prometerle ampliárselas al nacionalismo catalán.

Lo anunció este sábado ante de las Nuevas Generaciones del PP en Bilbao al pedirle a los independentistas que sigan el ejemplo de cooperación del gobierno vasco con el suyo para la mejora de su Cupo hasta 2022.

Apoyo logrado con un enorme precio inicial que pagamos todos: aparte de que el Cupo vasco le abona poco al Estado, Rajoy le devuelve 1.400 millones de euros a cambio del sí del PNV a los Presupuestos de 2017.

Inmediatamente después de esto, y para aprobar el presupuesto estatal de 2018, el PNV pide además la transferencia de las cárceles y la ruptura de la Seguridad Social, uno de los símbolos de la unidad de España, para administrarla el gobierno vasco.

La propuesta de Rajoy a Puigdemont, por tanto, debería indignar en otras regiones españolas y a quienes confiaron en la firmeza gubernamental frente a la soberbia del independentismo.

Sorpresivamente Rajoy se propone hacerse un Chamberlain apaciguando con nuestro dinero las bravatas de la Generalidad catalana, aplaudidas por muchos de sus ciudadanos porque ya otean fondos detraídos de los demás con los que no contaban.

Nuevo refrán: quien no amenaza no mana. Así, sí que se crean independentistas.

Aclare usted esto señor Rajoy o estará demostrando la cobardía de la que le acusa José María Aznar.

Una única esperanza: que esta propuesta seas una estrategia para demostrar la bondad rajoyana frente al fanatismo independentista, que posiblemente ya no puede volverse atrás y que debería estrellarse y desinflarse.

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SALAS