Tras la estela 2030

Por Revistaletralibre

Por Ezequiel Tena

Hace unos días escuché una reflexión. La persona en cuestión se hacía una pregunta del estilo del que tal vez muchos de nosotros nos hemos hecho.
-¿Dónde están hoy los del NO A LA GUERRA?-, decía
¿Qué creéis que ha pasado en los últimos 40 años? ¿Qué entre finales de los 80's y 2001, 2004 o 2007? ¿Qué entre 2009 y 2014? ¿Y desde entonces?
Leo: "El Gobierno de España se comprometió en 2015 a hacer realidad la agenda 2030 y, tres años después, en 2018, aprobó su plan de acción para la implementación de la Agenda 2030. Este primer documento sentó las bases de la Estrategia de Desarrollo Sostenible 2030 aprobada por el Consejo de Ministros el 5 de junio de 2021". Rajoy y Pedro Sánchez, PP y PSOE. Tanto monta monta tanto.
Reflexionaba la persona:
¿Dónde están hoy los del NO A LA GUERRA?
Y reflexionamos también:
¿Y los que clamaban contra MONSANTO y los transgénicos, dónde están? Y los que cargaban contra las farmacéuticas, ¿dónde están?
Todos ellos están hoy con el gran capital; con los que compran enormes extensiones de suelo agrícola en Ucrania; con los que pretenden monopolizar el comercio de semillas; con Pfizer; con los que derriban las presas; con los que devastan el agro haciendo inviables las explotaciones; con los burócratas; con los que van a restringir la movilidad de las personas; con los que destruyen la familia; con los que dinamitan las sociedades occidentales. Bien comprados y subvencionados, calentitos servidores de los peores monstruos.
La gran estafa que supone la Agenda 2030 se fragua precisamente cuando grandes capitalistas se dan cuenta (finales de los 80's y principios de los 90's) de que para la consecución de sus sueños de dominación tienen en las sociedades libres y en la cosmovisión cristiana un enemigo formidable. Para lograr concentrar el capital y el poder en sus manos deben virar su estrategia 180 grados. Aliarse, precisamente, con los anticapitalistas. Es decir, debían financiar sus causas, causas liberticidas. Hipostasiarlas, elevar a la máxima dimensión sus reivindicaciones y así convertir una oposición estrambótica en un arma demoledora contra el mundo libre. Era necesario sembrar todas las discordias. Y regarlas, mimarlas, surtirlas de todos los cariños, acariciar sus relatos. Caído el muro se encontró desarmada la economía de guerra; y se gritó fuerte: -
Libertad, ¿Para qué?
El Libre Mercado estorbaba, por ejemplo, a los gendarmes del armamento. Estorbaba, por ejemplo, al ansia monopolista de grandes magnates que perdían de súbito la preeminencia; el ejercicio de la libertad de las sociedades liberal-conservadoras imponía unas reglas de juego con las que estos magnates no podían lidiar. ¿Cómo apropiarse del mercado?
Y se aliaron los magnates. Grandes fondos, corporaciones salvajes.
Ahora, en efecto, se han hecho con los medios de producción y con los recursos: agua, tierras, materias primas, combustibles, energía...detrás de todo ello hay grandes fondos de inversión. Se han hecho con nosotros, último recurso ilimitado. Por eso nos privan de identidad, propiedad y libertad. Los gobiernos mismos son sus títeres y la opinión pública es papel mojado. Todo nos llueve de arriba; sobreviene. Democracia secuestrada. Vamos a rebufo de los dictados de una agencia impersonal; escondida tras la niebla; detrás de las estelas. Estelas.
Despertamos tras cuarenta años y nos encontramos lo que hay. Y eso es, compañeros, lo que debe enfrentar el mundo.