"España mi natura, Italia mi ventura, Flandes mi sepultura", reza una frase apócrifa de los tiempos en que los tercios españoles mantenían la hegemonía en Europa. Lo hicieron en gran medida a través del Camino Español, la ruta --más bien rutas-- que abrieron entre Milán y Bruselas para mantener un flujo constante de tropas hacia el corazón del continente. Con otro espíritu, la Asociación de Amigos del Camino Español se ha empeñado en reabrir estos caminos al turismo, el deporte y la cultura, y cambiar el final del lema por "hasta Flandes la aventura".