Apenas llegó al trono Ethelwolf nombró a su amigo Swithun para la sede de Winchester, recientemente vacante luego de la muerte de Helmestan. Los monjes lo pidieron y el rey accedió al nombramiento. Swithun fue consagrado obispo por el arzobispo Cealnoth de Canterbury. Fue un prelado con gran celo pastoral y caridad. Convocó en 855 el sínodo de Winchester, en el que confirmó las exenciones y privilegios que la Iglesia obtenía del reino, con la aprobación del rey. Además, Swithun fue un gran consejero de Ethelwolf, cuyas dotes para reinar eran escasas, pero bien aconsejado extendió la paz y la prosperidad en Wessex. Además, con el consejo del obispo Alstane de Sherborne, otrora militar, repelió una vez más a los daneses invasores.
En 853 Swithun acompañó al joven príncipe Alfred a Roma, donde lo envió su padre ante el papa León IV, para fortalecer las relaciones entre su reino y la Santa Sede. En 855 el mismo rey fue a Roma con Swithun, y al volver se casó con Judith, la hija de Carlos el Calvo, rey de Francia. Este enlace no gustó en su reino y algunos nobles y prelados protestaron. Incluso el obispo Alstane y el príncipe Ethelbald habían iniciado una revuelta para no permitirle reinar. Ethelwolf, aconsejado por nuestro santo, evitó la guerra y cedió una gran parte de su reino a su hijo. Murió dos años después, en 857, quedando Ethelbald como rey y heredero y, como son las cosas ¡se casó con su madrastra, Judith de Francia! Aunque las primitivas leyes anglas lo permitían, Swithun protestó al rey por ser algo impropio de un rey católico, y Ethelbald repudió a su madrastra-mujer.
Swithun fue un gran benefactor de la iglesia y ciudad de Winchester. Construyó iglesias, monasterios, hospitales, puentes, logró pontazgos, impuestos favorables a la ciudad, favoreció el comercio, haciendo de su diócesis un sitio próspero. En 860 padeció el saqueo y asesinato de muchos de sus fieles por parte de los daneses. Presidió los funerales, confortó a los sobrevivientes y dispuso la reconstrucción de la ciudad. Swithun fue llevado a la gloria el 2 de julio de 862.
Su historia más curiosa ocurrió luego de 100 años de su muerte: Swithun era un prelado modesto y humilde, y había pedido, que luego de su muerte, se le enterrara fuera de la catedral, donde todos pudieran pisar su tumba, hasta el más pobre. Y fue sepultado junto a la puerta oeste de la catedral, con una sencilla lápida. Sin embargo, sobre 964, el obispo San Ethelwold de Winchester (1 de agosto) fundó una comunidad canonical y quiso que su patrón fuera su predecesor, el santo obispo Swithun. Promovió su culto y en 971 dispuso la traslación de las reliquias al interior de la catedral, a un sitio más digno, aun conociendo por tradición el deseo de Swithun de no ser venerado dentro de la catedral. Construyó una hermosa cripta para las reliquias y lo preparó todo para la traslación. El 15 de julio de 971, apenas abrieron la sepultura comenzó una lluvia torrencial que duró 40 días e impidió una traslación solemne, pues se hizo sin el pueblo ni clero. Aún hoy se dice que si llueve el 15 de julio, lloverá por 40 días más.
Es abogado, como no, contra las lluvias incesantes, las inundaciones y, jocosamente, del "tiempo de barbacoas"
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Volumen VII. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
A 2 de julio además se celebra a
Santa Monegundis de Tours, reclusa.
San Juan Francisco Regis, presbítero jesuita.