El trasplante de palmeras y arboles de gran porte viene tomando su espacio en el mercado verde en los últimos años, en las urbanizaciones, centro comerciales, campos de golf, balnearios, resumiendo: grandes inversiones inmobiliarias que buscan un jardín maduro desde el primer día, y que parece que fue creado hace años.
Pero ese trasplante hay que ser hecho con conocimiento, porque no es agradable ver como estos gigantes se mueren un poco cada día, debido a una mala implantación, o que no se haya hecho el correcto tratamiento del cepellón al arrancarla de su antiguo "hogar". O hasta mismo un mantenimiento posterior que deja mucho que desear.
Sin embargo este es un procedimiento caro. Hay que decirlo, además de variar según la especie. Mientras una palmera de 1,5m puede valer unos 100€ una de 5m puede costar 800€. Hablando solamente del precio de la planta, pero hace falta agregar el coste del transporte, y de la logística de implantación. Que depende mucho del sitio donde se irá plantar. Cambia mucho el tema cuando hay que añadir una grúa a todo el procedimiento. Porque no es lo mismo cuando el camión puede aparcar al lado del agujero a plantar, o si tiene que llevar el árbol o palmera por encima de muros o otros elementos. En general la planta es solamente un 30% del coste, lo demás son gastos con la logística.
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Los espécimen de grande porte, como cualquier otro vegetal, al ser trasplantados sufren un traumatismo que hay que minimizar en lo posible, para evitar un sufrimiento desnecesario que implicaría en un desarrollo posterior inadecuado. Ese traumatismo es mayor cuanto más adulta es la planta. En el caso de las palmeras a diferencia de los árboles coníferas y frondosas, su sistema radicular es del tipo fasciculado y no pivotante, con una cabellera de raíces que profundiza menos y que tiene en ocasiones escasa capacidad de ramificación o regeneración. Estas características hay que tenerlas en cuenta a la hora de decidir un trasplante y dimensionar el tamaño del cepellón.
Digamos por tanto que el conocimiento del comportamiento del sistema radicular es de vital importancia para poder dimensionar el tamaño que daremos al cepellón, pues del mismo modo que el cepellón no debe ser escaso y que comprometa a la planta, tampoco es necesario que sea excesivo e incómodo de manipular.
Hay que tener en cuenta los tres casos que nos podemos encontrar a la hora de querer trasplantar una palmera:
•Especies que no ramifican las raíces cortadas y que emiten un nuevo sistema radicular. Los cepellones pueden ser pequeños, máxime si se ha realizado un repicado previo 5-6 meses antes del trasplante. El repicado previo, que se efectúa mediante la excavación de una zanja a lo largo de la mitad del perímetro de la palmera y se rellena con un sustrato poroso, es aconsejable, pues garantiza y acelera el trasplante.
•Especies que ramifican las raíces cortadas pero que no emiten raíces nuevas o lo hacen escasamente. Los cepellones deben ser lo suficientemente grandes como para respetar el máximo de raíces, que si se cortaran demasiado no se regenerarían suficientemente.
•Especies que ramifican las raíces cortadas y además emiten nuevas raíces. Los cepellones son de tipo medio, pues además de una ramificación de raíces aceptable, se produce una emisión de nuevas raíces. Los tamaños de cepellones varían con la mayor o menor facilidad para ramificar y emitir nuevas raíces.
•Al formar el cepellón, estas raíces se regeneran en mayor o menor cuantía en función de su longitud, pero también se pueden formar nuevas desde la base del tronco (son de destacar en este sentido los diferentes trabajos de T.K. Broschat y H. Donselman, de la Universidad de Florida, observando la respuesta de diferentes especies al trasplante).
Los cortes de raíces deberán ser limpios y sin desgarres, y se desinfectarán con un fungicida como medida de prevención.
Operaciones delicadas son la carga y traslado de los grandes ejemplares, que deberá hacerse con sumo cuidado para no dañar la corteza, la cual, a diferencia de los árboles, no se regenerará y las marcas quedarán para siempre.
En cuanto a la época de realizar los trasplantes depende del clima de la zona, pero podemos generalizar que desde Mayo a Agosto es buena época, pues la tierra se encuentra con la temperatura suficiente y las palmeras tienen actividad.
Entre otros cuidados que debemos tener presentes destacamos:
•Procurar colocar la palmera con la misma orientación que tenía en su posición original.
•Procurarle un buen hoyo con un sustrato adecuado que favorezca el enraizamiento.
•Proporcionarle un riego copioso asegurándonos que el agua llegue a la base del cepellón. Un buen truco es el de colocar un par de tubos que lleguen al fondo del hoyo, por el que verteremos el agua.
•Con objeto de favorecer la formación de nuevas raíces en aquellas especies que poseen esta cualidad, como es el caso de las palmeras reales, convendrá abrir una pequeña zanja de 10-20 cm. de profundidad con un par de meses de antelación al trasplante definitivo y se mantendrá siempre húmedo el suelo. En el caso de grandes ejemplares será necesaria una mayor preparación, incluso con un año de antelación si es posible, abriendo una zanja de 60 cm. de profundidad a la distancia decidida del tronco y, al terminar, se rellenará dicha zanja con un buen suelo que se mantendrá húmedo hasta el trasplante.
•Es importante la eliminación de hojas con objeto de reducir la resistencia al viento y la transpiración. Con este objeto, se podarán un buen número y/o las restantes se acortarán y atarán entre sí durante cierto tiempo, procurando no impedir el empuje y desarrollo de las nuevas hojas que emerjan.
•Durante todo el proceso del trasplante será fundamental cuidar los riegos, recomendándose los riegos abundantes y regulares más que los cortos y más frecuentes, ya que provocarían la formación de raíces sólo superficiales.
Asegurar la palmera mediante tensores u otro sistema que la asegure del viento.