Trastadas

Por Belen
Ayer en mi entrada de los peligros domésticos, me di cuenta que había otra faceta, la de las trastadas, que sería interesante de tratar. Muchas trastadas suponen un peligro aunque la gran mayoría solo son incómodas y suponen que nos toca luego a los papis limpiar o arreglar el desatino. Lo bueno es que pasado un tiempo (a veces ni eso) nos arrancan una sonrisa. Y como lo prometido es deuda, os dejo algunas de las trastadas más destacadas de mi peque. Conste que mi hijo no suele quedarse solo o sin vigilancia. Todo lo que cuento a continuación es capaz de hacerlo en tiempo record. Estoy por llamar al Libro Guinness.
Sacar cojines del sofá: Ayer mismo mientras hablaba con una amiga y le perdía de vista medio minuto sacó todos los asientos y cojines del sofá al suelo y se puso a saltar de uno a otro. Y hasta se hizo un circuito.
Deshacer la cama recién hecha: En esto son expertos la gata (su gata) y él. Les encanta ver que la cama está recién estiradita para saltar encima de ellas, dejar sus huellas o meterse bajo el nórdico. Afortunadamente luego tiene la buena intención de reparar el daño y hace lo que puede para estirarlo todo bien.
Dejar encima de su cama toda la caja de la plastilina: Tanto la plastilina como las pinturas tienen unas estupendas cajas de plástico (made in Ikea) que residen en una de sus estanterías. Cuando yo creía que estaba eligiendo un cuento se puso a sacar todas las bolitas y útiles de la plastilina y los dejó esparcidos por sus sábanas limpias.
Encerrar a la gata en la doble ventana: Su gata es su compañera de juegos y trastadas como veis, pero también sufre las consecuencias en ocasiones. Mi dormitorio tiene una doble ventana, donde a las gatas les encanta tomar el sol y mirar la calle. Estaba jugando con la más pequeña cuando se le ocurrió cerrar la doble ventana y bajar la persiana. Vino a contármelo tan pancho -"mamá he dejado a S. encerrada". La pobre gata ahí aguantó estoicamente sin decir ni mu, sana y salva.
Limpiarse las manos en las cortinas del salón: La mesa del comedor está pegada a la ventana y tengo cortinas. Un día no tenía una servilleta a mano y pensó que serían un estupendo trapo. La mancha fue de tomate....
Borrarme alguna entrada del Blogger: Cuando alguna vez estoy escribiendo algún nuevo post viene porque escucha el sonido de las teclas, le hace gracia ver que muevo deprisa los dedos. Y pobre de mi si me despisto porque en alguna ocasión (no sé cómo) ha seleccionado el texto y lo ha borrado.
Manejar el ordenador a su antojo: Como juega a algunos juegos didácticos (memoria, números, etc) en el ordenador, lo sabe manejar ya estupendamente, el ratón, las ventanas que se abren, lo que quiere cerrar, etc. Y más de una vez o casi manda un correo, o me ha borrado algo importante, o similar.
Decorarme mis libros con sus pinturas: Si estoy leyendo algún libro cuando él colorea, ya lo puedo dejar fuera de su alcance, porque sino llevará su firma seguro.
Echar agua de la bañera fuera con la pistola de agua o bien con su “taza del café” para ver cómo cae: Hace unas semanas decidió experimentar con el agua, y en vez de hacerlo en la propia bañera, que digo yo el agua cae hacia abajo exactamente igual, no, creyó que sería más divertido tirarla fuera. Ahí veis a mami corriendo fregona en ristre.
Mojar enterita a la gata en la hora del baño: Su gata tiene la manía/costumbre de ver cómo se baña el niño. No le espanta el agua, ni le da miedo, ni le importa mojarse (algo rarita nos ha salido, sí). Le mira, se pone cerca, incluso deja las patas colgando intentando tocarle y jugar. Como a él le hace tanta gracia, coge su tacita y la empapa enterita.
Intentar subirse a la tabla de planchar: Suelo planchar en mi dormitorio, pero nunca cuando está él por razones evidentes. Cuando me queda algo pendiente dejo la tabla abierta para seguir en otro momento. Un par de veces le he pillado intentado subirse. Según sus palabras, para saltar encima de la cama.
Dar su comida a las gatas: Más de una vez le hemos pillado dando de comer a alguna gata parte de su cena. Las otras están como locas con él claro.
Ayudarme a recoger la ropa tendida, llevarla a la cama y esparcirla por todos lados: Le gusta mucho colaborar en las tareas domésticas, y tanto su padre como yo lo fomentamos mucho. Entre ellas recoger la ropa limpia. Le suelo dar pequeños montoncitos y él lo coloca todo en mi cama. Las dos últimas veces decidió que estaría bien hacerla volar. Dicho y hecho. Cuando fui al cuarto a doblarla me encontré con ropa por todos lados, cama, suelo, mesillas,...... Su explicación: -"mamá quería ver lo alto que llegaba al tirarla".
Intentar meterse dentro de la lavadora
Meter las manos dentro del váter para recoger un papel que se le ha caído: Hace pis solito, y además le da bastante rabia que le acompañemos porque debe ser le restamos independencia o algo.... Es muy maníatico y todo tiene que suceder en el orden que le gusta. Hace pis, coge un poco de papel, se limpia su colilla, hace una bolita con el papel, lo tira al váter, y por último tira de la cadena. Pero mala suerte, se le cayó el papel sin haber hecho la bolita. Pues ni corto ni perezoso metió la mano para sacarlo.
Embadurnarme de papel celo toda la mesa del ordenador: Le encanta el celo. Tengo un portacelos que ayuda a cortarlo. A él le cuesta aún, así que sacó un trozo enorme y me lo pegó por toooooda la mesa.
Sacar los DVD de sus carátulas, incluídos los de la biblioteca que luego hay que devolver: A veces me encuentro DVD por la casa, solos (pobres) sin sus carátulas.
Hacerme fotos cuando me estoy vistiendo y ando en pelotilla picada: Le encanta manejar los aparatitos, nuestros móviles y la cámara de fotos se le dan la mar de bien. Cuando menos me lo espero suena el click de la foto. Me ha pillado en circunstancias comprometidas el niño.
Tocar la Vitro encendida para ver si quema: Le gusta preparar conmigo el desayuno, hacer las tostadas, preparar su cola-cao. Ese día puse la cafetera en el fuego más alejado de él, como siempre. Pero le dije: -"no toques ahí porque quema". Tardó una milésima de segundo en plantar su dedo índice en el fuego. Se quemó claro.
Pintar con acuarelas: Tarde casera, sus pinturas, sus acuarelas y pinceles. 2 minutos solo y me le encuentro con las manos completamente negras y parte de los brazos, la cara. -"mami la pintura es como tu crema". Se estaba restregando las manos tan tranquilo, ¡¡¡y de negro!!!.
Estas son algunas que se me han ido ocurriendo, seguro hay más. ¿Y vuestros hijos? ¿Os sorprenden muchas veces con sus trastadas?