“El que pueda ver que mire” Ya lo decía Johel Coutura que trabajó sobre el ritual “Le Parfait Maçon” e cual nos adelantaba en el prefacio de libro que “la francmasonería de hoy refleja mal sus orígenes. La multitud de obediencias y ritos con sus jerarquías y rituales han llegado a convertirse en casi extraños para las prácticas de la fraternidad de la primera mitad del siglo XVIII”
Los Masones solemos denominarnos Hijos de la Luz, pero toda la formación masónica que recibimos, tanto libresca como oral, está en su mayor parte trufada de una gran cantidad de cuestiones que van desde la falsedad pasando por lo tópico, y lo paradójico es que apenas si se cuestiona nada, y todo ello lo absorbemos sin la menor reflexión acerca de su veracidad o acierto, traicionando el gran paradigma masónico, el de “Osar y Pensar” que proclamaba Charles Porsert como espíritu de trabajo y disposición.
De esta manera tanto el corpus filosófico e histórico de la institución se van construyendo con distintos materiales de todo tipo y procedencia, y lo van recibiendo los miembros a modo de informaciones de forma oral y escrita, y entre toda esa amalgama documental muy variopinta en cuanto a procedencias y autorías viene entremezclada una importante cantidad información no siempre contrastada o puestas de manifiesto su consistencia y que además se propalan en los talleres masónicos como papagayos y sin apenas pestañear y que constituyen una buena sarta de de tópicos y tonterías.
A este respecto traigo al recuerdo lo que ha comentado un ciento de veces el profesor Ferrer Benimeli, acerca de la inexactitud datacional como miembros de la masonería de algunos nombres que se consignan en largos listados "colgados” en algunas webs de grandes Logias o Supremos Consejos, allí reportados a modo de la lista de los reyes Godos, en esta caso de masones, y cuya membresía en ocasiones es ó inexistente, o no está suficientemente documentada. Pues bien, pese a lo reiterativo del caso y de la plausible exposición al ridículo aún hoy es fácil encontrar al Conde Aranda como notable masón en esos listados o Antonio Aranda o a otros liberales como miembros de los Supremos Consejos, y así tenemos como por ejemplo la utilización del Conde de Aranda dando titulo a una revista masónica de alto rango masónico.. Somos así de cabezones. Pero pasa lo mismo con el Maestro Wren al que algunos sitúan a la cabeza de la masonería cuando las historiografías masónicas inglesas están poniendo en solfa que tuviera la condición de "masón", pero insistimos una y otra vez en dar brillo y pulir a veces un pasado tan lustroso como falso. Y es que sin apenas reflexionar sobre lo que se nos dice seguimos trasmitiendo de igual manera aquello que nos llega o hemos leído sin poner en solfa ni una coma, aunque creo que esa baraka que presta gran parte de la membresía masónica a algunos a otros no parece concernirnos al menos los que estamos empeñados en estos menesteres de intentar dar luz sabiendo que lo hacemos de forma muy artesana y casi con pedernal, pero sabiendo que ser Hijos de la Luz es más que devorar tópicos como si fueran ostias benditas. Y todo esto viene porque no hace mucho en una importante tenida con no menos importantes dignatarios, asistí a la lectura de una plancha sobre la figura del Guarda Templo, que fue aplaudida a la manera escocista, procediendo a continuación el debate pertinente. (Me llama la atención anticipada, en el escocismo, del aplauso de algo que puede luego verse en el debate que puede estar falto de contenido o de base, salvo que se aplauda el esfuerzo y esas cosas..Llama la atención cuando uno hoya en las arcas documentales de las grandes construcciones, no hablo de las notables catedrales , sino de iglesias y monasterios de envergadura que los canteros no son en muchas ocasiones el idílico Venerable Veda, ni esos idílicos gremios canteriles que hemos creado en nuestra calenturienta mente cargada de leyendas y mitificaciones, sino que constatamos que la cotidianidad documental nos muestra canteros autónomos vecinos a muchos de los edificios, o sea que no eran canteros nómadas, sino Genaro el Viejo de Cerdeño de oficio cantero que levantó la iglesia de Comillas por dar un ejemplo.... lo que nos sitúa en otros contextos más normalizados al mundo rural de los artesanos, y es que hemos universalizado los gremios canteriles ingleses y franceses y de nuestros caminos jacobitas a todo el universo canteril y eso pues a veces pesa y presenta ciertas contradicciones. En este sentido llama la atención la asimilación al pie de la letra de la continuidad histórica entre masonería operativa y especulativa, tanto es así que tenemos a Hermanos masones buscando símbolos masónicos como reflejo de su propio quehacer, cuando resulta que no eran fruto del estos sino de las imposiciones muchas veces proveniente de la clerecía del momento, produciéndose de este modo una extraña identificación entre esa simbología que se encuentra y la membresía masónica actual, lo cual no entiendo muy bien y menos cuando uno sitúa a nuestros padres masones en el siglo XVII (1717) que tenían mucho más que ver con la cultura libresca y la ciencia o la Royal Society, que con las artes manuales de la cantería y la albañilería etc... Otro de los tópicos muy al uso y relacionado con el grado del Aprendiz es el tema del mandil de este grado que se dice que es cuadrado o levemente rectangular y con la baveta levantada para proteger las zona epigástrica del aprendiz a la hora del tallaje de la piedra, todo esto en forma simbólica y añadiendo ya en las tradiciones rituales carolingias, como decía Porset, pues la cábala los serifots. etc…
Posiblemente el mandil que la masonería moderna recortó, para hacerlo más cómodo y vistoso ha perdido funcionalidad, frente al mandil de cuero original largo y con baveta que se utilizaba no tanto a la hora de cantear sino más bien con la labor de manejar las piedras. Si uno está encargado de acercar las piedras a un tajo y estamos hablando de piedras de cierto tamaño, pues lo típico es acercarlas al cuerpo (zona de la barriga) para su levantamiento y transporte…, entonces sí que el mandil largo y con baveta levantada cobra sentido, y no como les solemos "cantar" a nuestros aprendices para proteger cuando se talla la piedra. Pero como además hay que decir que nos hemos comido parte de la organización grupal del oficio, introduciendo por ejemplo un Aprendiz para su iniciación, cuando antes era Aprendiz "entrado", o sea un peón camino de convertirse en Compañero, y para colmo de todo hemos colocado un Maestro de corrido en el desarrollo canteril, pues las contradicciones se nos presentan a cada instante, y más cuando intentemos racionalizar el asunto, fruto de todas esa mezcla y trileos es el motivo por el cual a los antiguos Maestros de obra los hemos tenido que convertir en algo así como en Grandes Maestros, porque no nos cuadraba el estadillo grupal. y es que la edición de las Constituciones de 1722 de Payne que se dan a conocer en enero de 1721 que sería Aprendiz- Compañero y Maestro. Si uno coge un mallete un cincel y una piedra, algo que todos podemos hacer en el campo cualquier día y por dos duros, pues veremos que la forma lógica de tallar la piedra es q con la cabeza del cincel mirando hacia nuestro cuerpo y el mallete saliendo desde los más cerca a nuestro pecho hacia fuera, o sea que eso hace que las esquirlas salgan hacia el exterior más que hacia nuestro cuerpo, salvo que uno ponga el cincel del revés y lo que termine es clavándose el cincel, con o sin mandil, y lo que necesitaríamos en todo caso no es un mandil con baveta sino unas gafas. Seguramente en aquella época habría más ciegos y tuertos que herido en el pecho Por tanto la baveta a la hora del tallado vemos que sirve de poco... y sino fijémonos en los grabados que pueblan este post pues sacaremos algunas conclusiones. Esta claro que todo esto no va a ningún sitio, y que todo son parábolas para explicar hecho simbólicos pero como parece que se pone mucho acento de seriedad a estos asuntos, pues que menos que ponerlos cuando menos en solfa. Por otro lado decir que hay elementos que me sorprenden, y eso desde los primeros meses que llegué a una logia masónica, y me extrañaba que me explicaran que nos llamemos constructores por que éramos maestros de la arquitectura, y sobre manera, arquitectos del Templo de Salomón. Sin embargo cuando uno entra en logia las herramientas que ve en el seno de esta, digamos que son herramientas de cantero-albañil y sirven para muy poca cosa más allá de levantar muros hechos y derechos. Entonces cabe preguntarse de nuevo ¿Las bóvedas, los arcos, los grandes replanteos con que se replanteaban .? Con una regla de24 pulgadas difícilmente.
Y es que llama la atención que la historia tradicional de la masonería es toda una combinación del masón-arquitecto-matemático y muy adaptados a cada época, manejando los grandes compases, las cuerdas y las varas para poder conseguir su excelentes trabajos abovedados, pero es curioso porque luego en la época hermética se perseguirá esto algo del pasado y habrá que luchar por una cultura perdida, la cual en parte y de forma simbólica se quiere hacer revivir en las logias actuales y lo más cercano a ese rol del masón arquitecto que ví fue cuando en la Logia la Française de la Arts puso en escena una exaltación al grado de Compañero y el recipiendario trazó con un Compás durante sus distintos viajes todo un complejo de trazos para construir el Sello que se le había solicitado. Lo demás ha sido pura especulación tras esa leyenda cuasi mítica. Cambiando un poco de tercio, siempre comento que para explicar los pasos del Aprendiz, del Compañero y del Maestro, siempre tan cargado de simbología y cada cual la va a buscar más y más allá su significado. Yo lo pondría más fácil para explicarlo, al igual que los toques, para esa explicación didáctica yo optaría por colocar en una tenida y en medio del taller unos caballetes y unos largos y cimbreantes tablones, por ese andamiaje haría caminar al Aprendiz de un extremos a otro y vería el resultado de sus inseguros pasos; luego subiría unos cajones con argamasa y unas piedras al andamio y haría andar por ese andamiaje al Compañero tras haber cubierto la distancia del andamio, luego subiría un par de Compañeros más y colocaría algún otro elemento más e invitaría a subir a un Maestro, y que este se moviera de un extremo a otro del andamio. A buen seguro que lo que allí viéramos tendría una gran similitud con lo que acontece en el ámbito de la Tenida en cuanto a pasos y toques.