Revista En Femenino

Tratamiento de temas alimentarios en las revistas dirigidas a mujeres: ¿fuente de (des)información? (I)

Publicado el 19 febrero 2014 por Alimmenta @alimmenta
dietas en revistas

Las mal llamadas “revistas femeninas” constituyen todo un subgénero de productos pseudoculturales que podemos encontrar por todas partes, desde cualquier quiosco hasta las gasolineras, pasando por peluquerías e incluso, de un modo que podría parecer paradojal, en salas de espera de las consultas de profesionales sanitarios. Cuando se habla de este tipo de prensa no solamente se hace referencia a las conocidas como “revistas del corazón”, sino a un abanico más amplio de publicaciones que, a menudo, se diferencian de la prensa rosa precisamente por el hecho de que intentan por diferentes medios resultar atractivas a las mujeres jóvenes, mientras que las otras son consideradas cada vez más patrimonio de señoras maduras o ancianas.

Sea como fuere, el caso es que las revistas dirigidas a mujeres, aparte de hablar de infinidad de tonterías, también hablan -y mucho- sobre alimentación; y lo hacen por medio de artículos no siempre firmados por profesionales debidamente calificados y, lo que es más importante, debidamente honestos y objetivos. Lo mismo ocurre con las secciones que suelen dedicar a la psicología o la sexología, los contenidos de las cuales pueden poner los pelos de punta a cualquier profesional solvente de estos campos del saber que las hojee. Asimismo, y antes de entrar en materia, quiero mencionar también que cada vez es mayor el auge de las publicaciones homólogas a éstas dirigidas al público masculino, aunque en este artículo no me voy a centrar en ellas.

“Las revistas dirigidas a mujeres, aparte de hablar de infinidad de tonterías, también hablan -y mucho- sobre alimentación; y lo hacen por medio de artículos no siempre firmados por profesionales debidamente calificados y, lo que es más importante, debidamente honestos y objetivos”

El objetivo de este texto no es el de constituir un análisis exhaustivo de los contenidos sobre alimentación que podemos encontrar en estas publicaciones, sino que más bien se pretende presentar una panorámica general respecto al abordaje de la promoción de hábitos y actitudes alimentarias, saludables o no, por parte de las revistas más consumidas entre el público joven y/o adolescente femenino. Obviamente, la lectura de este tipo de revistas no se limita a esta franja de edad, aunque sus efectos sí pueden ser especialmente preocupantes en las personas que aún no han acabado de desarrollar una madurez emocional necesaria que les permita posicionarse críticamente ante el mundo.

Hay que tener en cuenta que la prensa escrita en forma de revista constituye el medio más poderoso a la hora de transmitir mensajes sobre ideal de belleza y conductas alimentarias en mujeres jóvenes [1], incluso por encima de la televisión. Siendo así, cabe hacer hincapié en el hecho de que, como ya se ha comentado, estos productos suelen incluir artículos que hablan -ya sea directa o indirectamente- sobre temáticas referidas a la salud. Particularmente, lo más frecuente es encontrar contenidos relativos a alimentación y sexualidad, aunque ocasionalmente también pueden tratar otros temas como son el consumo de drogas o la higiene del sueño. Es de suponer, por tanto, que los mensajes sobre salud -y, más concretamente, sobre alimentación saludable- que contengan estas revistas tienen altas probabilidades de ser interiorizados por las lectoras. Por ello, es de vital importancia conocer si el tratamiento que hacen sobre el tema de la alimentación saludable es correcto, es decir, si incluyen consejos basados ​​en información científicamente contrastada y, más allá de eso, si promueven realmente una actitud favorable hacia la alimentación saludable.

Numerosos trabajos [2, 3, 4] han demostrado reiteradamente la existencia de relación entre la lectura de revistas denominadas femeninas y la adopción por parte de las chicas jóvenes de conductas alimentarias patológicas, tales como severas restricciones calóricas y vómitos autoinducidos. La probabilidad de mostrar tales conductas es, como resulta obvio, directamente proporcional a la vulnerabilidad personal a los desórdenes alimentarios: así lo muestra un estudio longitudinal [5] que analiza en profundidad los efectos de la exposición al modelo estético delgado pregonado por los mass media, entre los que se encuentran las revistas “para chicas”.

Numerosos trabajos han demostrado reiteradamente la existencia de relación entre la lectura de revistas denominadas femeninas y la adopción por parte de las chicas jóvenes de conductas alimentarias patológicas, tales como severas restricciones calóricas y vómitos autoinducidos

También el prestigioso psiquiatra Josep Toro, en un excelente ensayo sobre la génesis sociocultural de los trastornos de la conducta alimentaria [6], se muestra muy crítico con los mensajes , tanto explícitos (por ejemplo, en forma de artículos que animan a adelgazar de cara al verano ) como subliminales (por ejemplo, el que casi todas las modelos que salen en los reportajes de moda estén inquietantemente delgadas) que difunden estas revistas. En cambio, es muy difícil evidencia de calidad que avale la promoción de hábitos alimentarios verdaderamente saludables en este tipo de publicaciones. No parece, a priori, que las revistas dirigidas a adolescentes sean consideradas por la comunidad científica internacional como un agente relevante de promoción de la salud. En el caso concreto de la alimentación, por ejemplo, esta tarea suele recaer más en los centros educativos durante la etapa escolar, Internet o campañas desarrolladas por las administraciones públicas. Hay que tener presente, además, que en el contexto de una sociedad occidental si hablamos de alimentación es casi imposible no terminar hablando de control de peso, debido a la íntima relación que existe entre ambos conceptos. La dieta es el principal factor utilizado por la población para controlar el su peso, seguido de la actividad física y el uso de conductas purgativas [6]. De ahí que sea clave tener en todo momento presente este otro uso que, aparte de la nutrición, se da a los alimentos.

Referencias

  1. Levine, M. & Murnen, S. (2009). Everybody knows that mass media are/are not [pick one] a cause of eating disorders: a critical review of evidence for a causal link between media, negative body image, and disordered eating in females. Journal of Social and Clinical Psychology, 28(1), 9-42.
  2. Thomsen, S., Weber, M. & Beth Brown, L. (2002). The relationship between reading beauty and fashion magazines and the use of pathogenic dieting methods among adolescent females. Adolescence, 37(145), 1-18.
  3. Utter, J., Neumark-Sztainer, D., Wall, M. & Story, M. (2003). Reading magazine articles about dieting and associated weight control behaviors among adolescents. Journal of Adolescent Health, 32, 78-82.
  4. Van den Berg, P., Neumark-Sztainer, D., Hannan, P. & Haines, J. (2007). Is dieting advice from magazines helpful or harmful? Five-year associations with weight-control behaviors and psychological outcomes in adolescents. Pediatrics, 119(1), 30-36.
  5. Stice, E., Spangler, D. & Stewart-Agras, W. (2001). Exposure to media-portrayed thin ideal images adversely affects vulnerable girls: a longitudinal experiment. Journal of Social and Clinical Psychology, 20(3), 270-288.
  6. Toro, J. (1996). El cuerpo como delito (3ª edición). Barcelona: Ariel.

El artículo Tratamiento de temas alimentarios en las revistas dirigidas a mujeres: ¿fuente de (des)información? (I) apareció publicado primero en Dietistas-nutricionistas, portal de nutrición.


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