Travel toys (o los juguetes/muñecos que viajan)

Por Magiaenelcamino @magiaenelcamino
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Durante el último blogtrip en el que participamos conocí a Coca.
Coca viajó por muchos países y provincias de la Argentina. A ella le gusta mucho comprarse ropa, tomar ricos cafés, leer, caminar, probar comidas típicas y sacarse fotografías. Es muy fotogénica. Coca podría ser cualquiera de las mujeres que lee este blog. Pero no. Coca es una muñeca. Pero no una muñeca cualquiera. Es un “travel toys”. Descubrir el mundo de Coca fue una gran sorpresa para mi.

En la Plaza de la Independencia, Montevideo. Observen el detalle de la cámara de fotos.

No es que nunca vi muñecos o juguetes que viajan. Al igual que muchos de ustedes recuerdo con cariño el famoso enano de la película Amelie. También tuve una experiencia cercana durante nuestro viaje a México, en marzo de 2005. Allí, los últimos días de nuestra estadía Dino encontró un muñeco de El Chavo en un mercado algo abandonado del DF. Casi sin pensarlo lo compró y durante los cinco días que nos quedaban de viaje no paró se sacarle fotos. De esta manera, El Chavo participó en una manifestación en contra de un ajuste económico, visitó las pirámides del Sol y de la Luna en Teotihuacán, tomó una gaseosa en La Bodeguita del Medio (una sucursal mexicana de la original, que es cubana), concurrió al Estadio Azteca para ver el encuentro entre América y Cruz Azul (con “piloto” incluido para estar protegido de la lluvia), probó comida típica, y visitó el Museo de Frida Kahlo y la casa museo de León Trotsky.

Por eso, lo que me sorprendió de Coca no fue el hecho en sí de que viajara y se fotografiara en los destinos, mientras disfrutaba algunos de sus atractivos. Lo que me sorprendió fue el mundo que descubrí detrás de ella.

“This is Blythe”

Coca es una Blythe, una muñeca creada en la década de 1970 que no tuvo el éxito de ventas que se esperaba. Por eso, los pocos ejemplares que había en el mercado pasaron a ser piezas para los coleccionistas. Dos décadas después, Gina Garan (fotógrafa neoyorquina y coleccionista de juguetes) comenzó a usar su muñeca en las fotos de sus viajes y en 2000 publicó el libro de fotos “This is Blythe”. A partir de ese momento, las muñecas Blythe comenzaron su ascenso hacia la fama. Una compañía japonesa no tardó en ver el negocio y empezó a fabricar la muñeca nuevamente. Esta vez, las ventas tuvieron mucho más éxito.

Casi todo el mundo de las Blythe pasa por internet. La mayoría de los fanáticos suben sus fotos en flickr y allí dejan mensajes y conversan como si fueran ellos los protagonistas de las fotos y de las actividades. A veces pienso que lo son. No está mal de vez en cuando cambiar de personalidad, no?

Por ejemplo, la foto que sigue a continuación dice: “El último chivito. Todavía no puedo creer que comí todo esto. oink“. (Presten atención a la remera).

¿Quién lo dice? ¿La muñeca o la “dueña”? ¿O son la misma persona?

Ante esta afirmación/exclamación los “seguidores” le responden:

- jaja! Esa es una saludable porción de papas fritas!

- Muero de envidia! Esas papas no pueden estar más tentadoras!

- Qué risa me ha dado leer el oink!

Y en esta otra foto Coca dice: “Sé que es el final, que se terminó. En nuestro último día en Uruguay estuvimos paseamos por el casco antiguo de la ciudad de Colonia. Estaba gris y lluvioso, pero sigue siendo bonito”. (Presten atención a la remera).

Y le contestan:

- Ella se ve triste por ser el último día. Perfecta esa remera!

- Qué bueno que puedas viajar tanto! Yo acostumbro a hacerlo, pero siempre tengo que trabajar! Realmente ella se ve algo triste por tener que irse.

Pero quiero que se detengan en la remera, ya que fue una de las cosas que más me sorprendió de este “nuevo”  mundo. En este caso, como son fotos del último día de Coca en Colonia, Uruguay, tiene puesta una remera que dice “Over”. Existe un comercio de fabricación, compra y venta de ropa para estas muñecas que es impresionante. Digo impresionante porque cualquier modista podría copiar los modelos que existen y muestran las muñecas. Hay tiendas on line para comprar y vender estas prendas, desde sombreros, buzos con capucha y pantalones, hasta zapatillas, calzas y trajes de baño. En este link y en este pueden chusmear algunos modelos.
Esto se explica porque en realidad, la mayoría de las Blythe son fashion dolls, que aparecen en las fotos modelando ropa. La mayoría de los coleccionistas de estas  fashion dolls son mujeres de entre 25 y 40 años (aunque, claro, puede haber de todas las edades). Al parecer, no son tantas las que se dedican a las travelling dolls, aunque sí tienen su grupo en flickr. Obviamente, en este grupo pueden encontrar a Coca.

En el casco antiguo de Colonia, vestida para la ocasión.

Pero esto no termina acá. Muchos coleccionistas y fanáticos se dedican a “customizar” las muñecas. El objetivo es darles un nuevo look, más especial y único. De esta manera, cada persona vuelca sus actitudes artísticas, fotográficas, de diseño, etcétera en estas muñecas. Algunas Blythes “customizadas” llegan a venderse por cientos y hasta miles de dólares. Existe un grupo en flickr (en este link) con un proyecto creado por algunos fanáticos que customizan una muñeca y la hacen “viajar” por el mundo. Los anfitriones se anotan en una lista y a su turno deben hacerle fotos en sus ciudades y publicarlas en flickr. Luego, al final de un año, la muñeca se sortea entre quienes participaron. El ganador se queda con una muñeca de colección muy preciada en el mundo Blythes.

Espero que hayan descubierto y disfrutado de este mundo como yo! Les dejo este link para que sigan disfrutando de Coca y sus amigas!!

¿A quién van a sacar a pasear en su próximo viaje?

Gracias Maryori por toda tu ayuda!!!!

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