También es sabido que el curita católico de cara de luna, ojos grises de arenque, vivísima inteligencia y supremo conocimiento del alma humana le fue inspirado a Chesterton en sus largas conversaciones con el Padre John O'Connor, tan decisivo en su conversión al catolicismo. Siempre se ha dicho que O'Connor fue el modelo del Padre Brown, aunque yo veo muchísimo del propio Chesterton en su criatura de ficción más famosa y conocida en todo el mundo.
Pero en este libro no solo aparece el 'cándido' Padre Brown, sino que se completa con otros doce detectives debidos a la maestría narrativa de GKC. Llamarles detectives tal vez pueda confundir a algunos lectores, porque muchos de ellos no son el detective al uso, tal y como nos lo hemos figurado a lo largo de años de leer novelas y de ver películas.
Los otros personajes detectivescos que aparecen en las páginas de Trece detectives son Mr. Traill, el Dr. Adrian Hyde, John Brandon, Walter Weir, Mr. Brain, Cuthbert Grayne, Bertrand y Max Pemberton.
Mr. Traill protagoniza el relato "El jardín de humo" y no volvió a aparecer en otros cuentos detectivescos, pero sólo por la originalidad de este merece figurara en la antología.
El Dr. Adrian Hyde, célebre detective, se enfrenta al enigma de "El asesinato de las columnas blancas", pero serán sus subordinados, John Brandon y Walter Mair, quienes al final resuelvan el misterio, cuyos hechos y su solución, como es lógico, el lector nos permitirá mantener en secreto.
Por su parte, tanto Mr. Brain como Cuthbert Grayne ayudan a resolver dos enigmas a Horne Fisher, "el hombre que sabía demasiado", en apariencia siempre indolente e indiferente a cuanto le rodea. Mr. Brain le acompaña en "El agujero en el muro" y Cuthbert Grayne en "El pozo sin fondo".
Bertrand es el compañero de aventuras de Gabriel Gale, el poeta de conducta extravagante, y le sigue para cuidarle y protegerle, aunque el lector nunca sabe quién cuida a quién y cuál de los dos está realmente loco o cuerdo. Por último, Max Pemberton no desempeña el rol de detective, sino que presenta los hechos de "El caso Donnington", resuelto luego por el Padre Brown.
En fin, amigos, creo que, si tenéis tiempo y os apetece pasar un rato distraído conociendo a los más singulares detectives creados por la genial pula de Chesterton, el libro de los Trece detectives será para vosotros una lectura perfecta.
Que Dios os bendiga a todos y que la Virgen os proteja siempre. Hasta muy pronto, queridos amigos.