El gran árbol,
paciente en su sitio.
Extiende su sombra cuidadosamente sobre
hojas de árboles descompuestas
excrementos de ratones por el bosque.
Busca en silencio con finas raíces
una verdad
en la oscuridad debajo las piedras,
mientras que la corona resquebrajada traza
un mapa en el cielo:
el delta de un río que rodea
la dorada ciudad catedral de las Siete Estrellas
en las noches que buscas con la mirada
luces en el cielo - -
Tu y el árbol:
una hermandad
profunda como la tierra.
En el murmullo de la savia
debajo de la corteza
tu propio sueño. Ella sube
palpitante a ciegas
por oscuras escaleras caracol
arriba hacia
la cara de Dios.
Tú estás ahí en el viento primaveral
con la oreja apoyada contra
la dura corteza.
Y de repente
no sabes si eres
tú
el que está viviendo al árbol
o el árbol
a tí.