Pero por mucho que una federación de IU haya hecho una gestión nefasta de “lo interno” no se puede negar que las ideas son las ideas, las ideologías son las ideologías y que no cambian de la noche a la mañana. Hasta hace poco tenía prácticamente decidido dar mi voto a EQUO, que me atraía hacia sí con una gestión interna radicalmente democrática y que hasta me permitía hacer propuestas para incluir en su programa electoral sin ni siquiera ser militante, mientras que EB o IU no me ha facilitado hacer esas aportaciones al programa de estas elecciones cuando pagaba puntualmente mis cuotas.
Pero creo que no sería responsable votar a un partido sin conocer su programa electoral, así que he decidido comparar ambas propuestas antes de tomar una decisión. No puedo negar que mi ideología es la misma que en las últimas elecciones, cuando voté a EB, y el programa de IU me puede servir de referencia para valorar cómo estoy de lejos o de cerca del programa de Equo. Lo primero que he intentado es que me expliquen las diferencias esos partidos, pero no parece que haya mucha predisposición a ahorrarme el trabajo. Y eso que estamos en campaña y deberían estar encantados los candidatos y militantes de explicarme sus propuestas y defenderlas frente a la “competencia”.
Resumiendo: mi voto el 20 de noviembre será para Izquierda Unida o para Equo. La decisión será muy meditada y la tomaré desde la libertad de no pertenecer a ninguna de estas organizaciones. Incluso he solicitado la baja de IloveIU para sentirme totalmente libre de apoyar en público a un partido que no sea IU si quisiera llegar a hacerlo y no engañar, traicionar o defraudar a mis antiguos compañeros del agregador y ahora “simplemente” amigos. Espero tener tiempo (y superar cierta pereza que me da el blog) para escribir aquí mis conclusiones, por si a alguien le resultan útiles.