El amanecer en el suelo con los sonidos de un pobre búfalo que debía de andar hambriento ha sido la mejor forma de iniciar el día. Chit ya nos había preparado el desayuno, unas tostadas con huevos, mango, plátanos, y un café que a duras penas se puede denominar café. Así que optamos por el té!
El treking de hoy ha sido muy diferente al de ayer. Hemos comenzado bajando y hoy nos hemos mantenido por el interior de los valles, de vez en cuando subiendo lomas para cruzar a valles contiguos pero no ha sido un día duro.
Al estar en la parte baja el paisaje ha sido de arrozales, de huertas, de búfalos trabajando a destajo preparando las tierras para las primeras lluvias que ya llevan un mes de retraso y están dejando al país aun más en la miseria.
La comida en una casa local, donde Chit nos preparo unos tallarines secos con verduras y sopa de jengibre.
Como se ve que andamos bastante rápido, que más que rápido es a buen ritmo, hemos llegado al monasterio bastante pronto, a eso de las 16:00. Habiendo salido a las 7:30 ya desayunados no está mal.
Hemos pedido permiso para quedarnos y hemos conocido al monje superior, un pobre hombre bastante sordo y con cara de buenísima persona.
En el monasterio viven 2 monjes y 5 novicios, pero es enorme, dependiendo de la época del año pueden vivir más de 500 novicios y monjes. Pero el que esté tan vacío le da una atmósfera, si cabe, aun más familiar.
Como decía como nos ha sobrado bastante tiempo, Yin nos ha llevado a darnos un baño a un río a 45 minutos del monasterio. El baño tenía una clara doble intención: por un lado refrescarnos de un duro día de treking donde el sol ha seguido brillando haciendo caso omiso a que se trata de época de monzón, y por otro lado el baño nos ha servido de ducha, y con un poco de jabón y champú hemos salido del agua relucientes y fresquitos!
Mientras estábamos bañándonos Chit nos ha preparado otro de sus manjares incluyendo patatas al curry, sopa de mostaza, ensalada de tomates con cacahuetes, tortilla de judías y verduras salteadas, y un buen plato de arroz por persona! Así estoy ahora, que me cuesta mover los dedos para teclear de la cantidad de comida que me he metido en el cuerpo. Y ya en la cama, tirado en el suelo junto al altar de Buda, en una sala enorme de madera a varios metros sobre el suelo ya que el templo esta suspendido sobre pilares para protegerse de los animales y los aguaceros.
Os dejo tres retratos del día de hoy:
Mañana llegamos al destino, el Lago Inle, última etapa de la que está resultando una aventura fascinante.