He pasado la mañana en el Museo del Ferrocarril de Madrid. Me he sentado entre las ruedas de un tren con Buster Keaton para subir y bajar, subir y bajar... Y he visto a Hitchcock con dos extraños. Y a Agatha Christie dentro de un vagón en el que he entrado a tomarme un refresco... ¡y estaba rodando Sidney Lumet! También he visto al ferroviario de Pietro Germi. Y a los hermanos Lumière. Y, a lo lejos, asomada a la ventanilla de un vagón, a Celia Johnson junto a Trevor Howard, Laura y Alec, ya sabes, en su breve encuentro... Tengo que volver a este maravilloso lugar.
He pasado la mañana en el Museo del Ferrocarril de Madrid. Me he sentado entre las ruedas de un tren con Buster Keaton para subir y bajar, subir y bajar... Y he visto a Hitchcock con dos extraños. Y a Agatha Christie dentro de un vagón en el que he entrado a tomarme un refresco... ¡y estaba rodando Sidney Lumet! También he visto al ferroviario de Pietro Germi. Y a los hermanos Lumière. Y, a lo lejos, asomada a la ventanilla de un vagón, a Celia Johnson junto a Trevor Howard, Laura y Alec, ya sabes, en su breve encuentro... Tengo que volver a este maravilloso lugar.