Artículo de P. Infiesta, Diario de León, 9/6/2019
Foto: Diario de León
Malentendidos, peleas, roces, rumores, amistades que se deterioran, bulling... La convivencia en un colegio puede verse perturbada por algún conflicto, pero se pueden apagar esos ‘fuegos’ con soluciones alternativas. En el colegio Trepalio, de San Andrés del Rabanedo, han implantado de forma pionera la figura del mediador y como tal acaban de empezar a actuar nada menos que 32 escolares de 9 a 12 años del centro.El resto de alumnos (420) distinguen a estos nuevos mediadores, que están de ‘guardia’ cuando salen al patio, porque llevan unos brazaletes de color. Ante un rifirrafe por un balón o discusiones con insultos ofrecen una mediación inmediata e informal primero. Según la tensión que se haya generado y si hay demasiada gente alrededor proponen a las partes acudir a una sala a hablar, «porque la mediación es confidencial y lo que trata es de favorecer la comunicación de las personas en conflicto. Los implicados tienen que asistir de forma voluntaria y contar cómo se sienten para intentar llegar a un acuerdo. No es mágico, no todo se puede resolver ya», señala la educadora social, Andrea Gómez García, que se ha encargado de conceder ‘el título’ de mediadores a los alumnos que acudieron durante cinco semanas a una formación específica.Gómez aprecia que la iniciativa, enmarcada en un proyecto de mejora de la convivencia desde la Estrategia de Salud, ha gozado de una gran acogida, ya que inicialmente acudieron al curso extraescolar de mediación medio centenar de alumnos.De momento, ya se han realizado dos mediaciones en sala con resultados positivos. La educadora social también ha realizado este curso talleres de habilidad social y de educación emocional para estudiantes de primero a sexto de Primaria. A los alumnos de cuarto a sexto de Primaria se les ofreció ir más allá y presentarse como mediadores. Ello implica «que no proponen soluciones, ni critican o juzgan a las partes, solo deben favorecer que las personas en conflicto lleguen a un acuerdo. Si es así, firman un acuerdo por escrito. «En el colegio Trepalio existió muy buena disposición para implantar este proyecto», reconoce Gómez, quien reivindica la figura del educador social en los colegios. En la Comunidad no están implantados, «pero en otras autonomías sí y hay que reivindicar que en los colegios haya un educador social. No somos profesores que ponemos notas, pero tratamos habilidades que son fundamentales para la educación y la salud», insiste.Los alumnos mediadores reconocen que la experiencia está siendo «muy enriquecedora». Junto al servicio, la educadora social también ha implantado juegos alternativos una vez por semana en el patio que son más cooperativos que competitivos, para acoger a niños que están más solos y no participan en los partidos de fútbol que suelen copar balones y espacio.