Dos. Creada y utilizada por administraciones anteriores de Estados Unidos para orquestar asesinatos, dispersar la droga en América Latina, o como asesora de la represión en el plan Cóndor, la mafia anticubana se muere de pánico por la incertidumbre que le provoca el nuevo papel que le tocará desempeñar en el Plan B (no tiene que ver con el Plan Bush) diseñado por el gobierno de Obama para acabar con la Revolución. Hasta ahora los mafiosos de Miami han vivido de la llamada industria anticubana que tiene como principal fuente de riqueza la supuesta lucha de “suicidas inmortales” al estilo de Fariñas. La próspera mafia asentada al sur de la Florida recibe del gobierno de EEUU el grueso del dinero que luego le pasa a cuentagotas a los “luchadores” cubanos en la isla. Aunque puede darse el caso de que, para disimular de dónde sale la plata y para incentivar a cualquier otro ingenuo, algún parlamento le pague 50 mil dólares al sobreviviente.
Tres. Las grandes agencias de prensa en sus campañas mediáticas contra Cuba no tienen en cuenta el concepto de noticia. Si como asegura Wikipedia una noticia es el “relato, construcción y elaboración que se refiere a un hecho novedoso o no muy común, o a la relación entre hechos novedosos y/o atípicos, ocurridos dentro de una comunidad o en determinado ámbito específico, ya sea político, económico o social”, las huelgas de hambre de Fariñas, repetidas una veintena de veces, en similares circunstancias de desmayos e hidrataciones hospitalarias y reportes telefónicos, son cualquier cosa menos noticia. No obstante, el aparato mediático funciona y no escatima, cual vulgar anunciador de feria, en decir mentiras a cara destemplada tales como que el activista ha logrado permanecer “en huelga de hambre y sed desde hace 49 días”.
http://cambiosencuba.blogspot.com/2016/09/algunas-consideraciones-sobre-la-huelga.html