La película tiene un ritmo realista, está llena de sobrentendidos, apuesta por el menos es más y vence en todas las líneas, dejando de paso la sensación de que el cine español puede ser y es riguroso, necesario y grande cuando se manejan con acierto los materiales y se cuenta con actores de la talla de Eduard Fernández, quizá el mejor intérprete de su generación. Esta meditación sobre la familia deja un poso amargo y mil ideas en la cabeza para meditar sobre la institución y sobre los seres más cercanos a nosotros mismos. Es una película imprescindible, honesta e inolvidable.
La película tiene un ritmo realista, está llena de sobrentendidos, apuesta por el menos es más y vence en todas las líneas, dejando de paso la sensación de que el cine español puede ser y es riguroso, necesario y grande cuando se manejan con acierto los materiales y se cuenta con actores de la talla de Eduard Fernández, quizá el mejor intérprete de su generación. Esta meditación sobre la familia deja un poso amargo y mil ideas en la cabeza para meditar sobre la institución y sobre los seres más cercanos a nosotros mismos. Es una película imprescindible, honesta e inolvidable.