Tres elementos se fusionan cuando se contempla la obra de István Sándorfi.

Publicado el 30 mayo 2014 por Hugo Rep @HugoRep

Tres elementos se fusionan cuando se contempla la obra de István Sándorfi, el asombro por el hiperrealismo, la curiosidad por el surrealismo y el deleite por la técnica. Tres aspectos que siempre se encuentran en sus obras y que hacen la delicia de los contempladores que al segundo de estar viéndolas, ya quieren participar de ese mundo propuesto por el artista.

Para aquellos que no lo conocen veamos un poco de su biografía:István Sándorfi

"István Sándorfi fue un pintor húngaro que vivió la mayor parte de su vida en Francia. Inició su carrera fugándose al dibujo, luego a los 12 años empezó a hacer óleos. En sus primeros dibujos de 1956 aparecían revolucionarios vistos desde la ventana de su casa en Kispest, saliéndole tan perfectos que su madre escondió estas obras.

Se utilizaba a sí mismo como modelo, siendo la principal causa de ello que le fastidiaba la presencia de otros mientras trabajaba en sus obras. Sin embargo no sólo alejaba a las personas de su alrededor sino también a la luz natural. Su primera exposición fue en una galería de París, a los 17 años.

Estas pinturas las dibujaba con bolígrafo, y eran retratos generando efectos de fotografía. En 1973 se celebró su primer exposición importante en el Museo de Artes Modernas de París.

Desde entonces varias galerías extranjeras competían por exponer sus obras, así que más tarde sus pinturas tuvieron lugar en pinacotecas de Copenhague, Roma, París, Múnich, Bruselas, Basilea, Nueva York, Los Ángeles y San Francisco.

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