Tres en uno

Publicado el 20 mayo 2014 por Beatriz68

     
Sí, hoy voy a hacer un pequeño comentario del uno de los libros que estoy leyendo ahora mismo, AMAGI, el libro que recomendaba el otro día Mientras Leo,mi compañera bloggera.
       
       Sólo he leído la primera parte ya casi echo una lágrimita al identificarme con esos años an que eres casi una niña pero que ya no eres una niña. He recodado mis sueños junto con los del protagonista, me he dado cuenta de cuánto paraliza el miedo a tantas cosas y qué grande es el amor-El gran vínculo mágico -
       Seguiré hablando e él porque me ha costado trabajo no seguir con la segunda parte para escribir estas palabras en mi blog.
Ahora voy a subir dos microrrelatos míos que están ahí esperando. Los dos parecen tristes, pero no lo son. En el primero se vence el miedo en la segunda vence el cariño.´´Este último va dedicado a mi tía y mis primos.
 
                                                 LÁGRIMAS NEGRAS.
       La puerta de la calle se cierra con un golpe fuerte. Pequeña y asustada, Clara se levanta del suelo tambaleándose. Logra llegar al baño y en el espejo ve una chica despeinada, con el rímmel corrido
 y la cara desencajada por el dolor.
_ ¿Soy yo ?
      Lágrimas negras brotan de sus enormes y hermosos ojos. Respira hondo, se lava la cara y mirándose al espejo dice resuelta :
_ Librarte de ese energúmeno no es sólo un sueño ; no tienes que huir, sólo marcharte.
       Clara coge su bolso y baja las escaleras sin mirar atrás.
   
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                                                UNA VISITA DIFERENTE
 
       No recuerda las palabras pero sí las emociones, por eso cuando abro la puerta y mi tía me ve, se le ilumina la cara blanca como la nieve y como su pelo, y me dedica una amplia sonrisa llena e afecto.
       Entra torpemente ayudada por su magnífica y fiel compañera Violeta, y una vez solas me pregunta mi nombre. Charlamos de cualquier cosa, como dos niñas jugando a las visitas. Ella se inventa amigas, hijos pequeños, tiendas en las que compra, decimos tonterías y nos reímos. Todo esto interrumpido cada dos minutos por la misma pregunta, por la misma pregunta, por la misma pregunta, por la misma pregunta..
       Cuando ya tiene que marcharse, antes de llegar a la puerta ya no recuerda ni una palabra de nuestra charla. Pero al entrar lentamente en el ascensor le dice a Violeta : " Lo he pasado muy bien con ésta, es amiga mía, ¿no? Es una buena amiga.